110 horas sin luz y zozobra

Merideños se vieron obligados a cocinar en la calle ante mega apagón(Foto: Leo León)

Cinco días de penumbra, penurias, incertidumbre, zozobra, carencia y pérdida de comida, protestas callejeras, saqueos, cacerolazos, han vivido y convivido los habitantes de esta urbe andina que se aguantó las 110 horas sin servicio de energía eléctrica y en algunos sectores sin agua potable, producto de la falla que acusó el Complejo Hidroeléctrico de El Guri, por razones que a ciencia cierta, tienen el beneficio de la duda.

Lo vivido, no es fácil de digerir, en estos tiempos de crisis generado por la situación circunstancial socio económica política que se confronta en el país y de la que Mérida no escapa, ciudad turística duramente golpeada por tal realidad, que no pega una desde diciembre del año pasado, en lo que a afluencia de turismo se refiere, aparte de las pérdidas que registran tanto comerciantes y empresarios debidamente establecidos como el común que vive de una pequeña bodega, de un trabajo que no puede cumplir a cabalidad.

Hablar de pérdidas, creo que no se cuantifican, aquí como en el resto del país, son por demás elevadas, las arrastran hoy, todos los estratos sociales desde el más alto, si es que aún existe, hasta el más bajo, el del humilde, que perdió lo poco que pudiese haber tenido
en casa y cabe preguntar, ¿es justo que esto pase?, ¿nos merecemos los venezolanos esto?, la respuesta no llegará fácil, no está a la vuelta de la esquina, ni pronto, mientras persista esta diatriba política en que estamos sumidos todos por igual, protagonizada por los que no quieren dar su brazo a torcer, total, han dado señas que poco les importa el pueblo, por mucho que en sus rayados discursos lo quieran hacer ver y cabe aquello de que “quienes martirizan el poder, le dan más poder al diablo”, “de mártires salen santos” (Giovanni Cegarra, GC. CNP. 2229).