Acerca del amor

Por: Ramsés Uribe…

“All you need is love”, (lo que necesitas es amor). cantaban en los sesentas los superfamosos Beatles, con letra y música de 2 de sus miembros, Lennon y McCartney, para homenajear al AMOR, como aquel aliciente que necesita todo mortal. C.S. Lewis,  académico y escritor irlandés, conocido por sus “ Las Crónicas de Narnia”,  en su obra “ The Four Loves” (los cuatro amores), (1960), clasifica al amor en forma múltiple; habla por ejemplo, del amor a la patria, sentimiento que si hace falta a los políticos y gobernantes. Amor como caridad, además de amor al prójimo y a Dios, es lo que pregonan los teólogos y filósofos cristianos y medievales como San Agustín, San Clemente, Santo Tomás de Aquino y San Bernardo, por citar a algunos autores muy destacados.  Definir el amor es asunto complicado y hasta temerario pues no es cualquier cosa, ni cualquier tema; es nada más y nada menos que el origen de la angustia humana y también de la dicha casi inefable. Es una de las esferas existenciales fundamentales del ser humano y mejor que definirla para explicarla, convendría experimentarla, padecerla con toda la intensidad que demanda, ya que así se tendría una mejor perspectiva del amor. Se tendría un conocimiento más real y no una mera ficción novelesca, estilo Corin Tellado o Delia Fiallo. En todo caso el estudio juicioso del amor aún en el plano teórico resulta ser muy importante en el campo filosófico, aparte del mundo práctico, cotidiano.

Existe toda una taxonomía amorosa encabezada por el amor auténtico y el amor platónico. Claro que estos no son los únicos tipos de amor; florece toda una selva del amor y éste se manifiesta de múltiples modos; de acuerdo con las etapas de la vida, la circunstancia, el género y  parece tener el don de la ubicuidad porque se aparece por doquier en tiempo real, salpicando a todos de su perfume seductor e irremediablemente tóxico en las parejas o en forma de ternura y abnegación en otros casos, como en las familias y en el amor maternal. La variedad del amor ya fue planteada hace siglos por uno de los mayores filósofos de todos los tiempos: Platón, en su magnífica obra “ El Banquete,o Del Amor”.

La ciencia ha desplegado estudios rigurosos sobre todo en el campo de la psicología, sociología, sexología y fisiología, pero a todas luces resulta incompleta, aunque interesante y llamativa,  la visión científica de este fenómeno tan inquietante como es el amor. Es una desgracia el infame resultado positivista (nada que ver  con la actitud  positiva, sino con el enfoque o paradigma científico de la metodología cuantitativa), acerca del amor, en el que se afirma categóricamente que únicamente dura un suspiro, literalmente…  Por ejemplo las investigaciones de la Prof. Georgina Montemayor Flores de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, (UNAM) en 2008, determinó que el amor es un “ estado demencial temporal” que tiene una duración máxima de 4 años. Incluso otros menos optimistas acusan que este destello bonito dura 2 años no más.

A pesar del terrible informe científico acerca del amor, hay que tomarlo con calma, sin desesperarse mucho;  como una información complementaria y preliminar a partir de la cual  conviene reflexionar y tal vez fijar posiciones o preocupaciones domésticas. Aquellos amadores/amantes que estén cerca del plazo finito del amor según la especialista mexicana, inventarán cualquier ardid o maroma presdigitadora, o perderán al ser amado irremediablemente. Ni modo, sin echarle la culpa a nadie, sólo a la psicofisiología. 

En aras del entendimiento de la definición del amor, el filósofo madrileño Ortega y Gasset,  explica en su obra “ Estudios sobre el amor”, que el amor es un enamoramiento infrecuente, y es manifestado psicológicamente como un efecto de  encantamiento de aquello (cualidades o algo intangible) que se adora en el ser amado. Es algo radical que se da en la profundidad de la persona como entrega. No es cariño ni pasión propiamente dicha, a pesar de que pueden estar presentes, el amor es una invención humana, surgida en un momento de la historia y es hasta una creación literaria. Así sin anestesia sentimental.

Este autor español considera  que el amor está casi en estado de extinción pues lo que abunda es la mera pasión no el amor. La definición del amor ha sufrido modificaciones según las diversas épocas. Incluso se puede tipificar el amor al arte, a la patria, según Ortega. Sin embargo en estos casos se da un amor en forma distinta al amor de pareja, y es otra modalidad o forma del amor.

Por otro lado yo considero tentativamente, que el amor para el caso de parejas, es un estado alterado de conciencia que implica una fuerza arrolladora, caprichosa e incómoda y de carácter dictatorial, que castiga, obliga o somete la voluntad del amante hacia la fosa perfumada  y encantadora de un mar de pasiones, emociones y sentimientos exquisitos y adictivos que ocasionan problemas existenciales, psicológicos, fisiológicos, sociales, laborales (ausentismo), entre otros. Para otros tipos de amor, aún habría que pensar un poco más.

Toda la anterior descripción somera de lo que puede ser el amor  de adultos,  no es pesimista ni dramático sino recogido de la realidad. Desde luego que si se le examina con mayor cuidado, se cae en la cuenta que toda esa vorágine emocional que atrapa al incauto enamorado, no es en absoluto patológico, enfermizo o con efectos perjudiciales. Todo lo contrario, la fuerza del amor puede ser dirigida creativamente para contribuir con una vida más feliz o como un antídoto para paliar o suavizar las vicisitudes del destino y de la existencia que con frecuencia tiene un carácter trágico tal como lo apuntaron grandes pensadores como Heráclito,  Heidegger o Nietzsche, quizás en tono un poquito pesimista.

El amor en sentido espiritual o místico está muy influenciado por el tipo de cultura de que se trate. En occidente el amor es banalizado o extirpado en muchas ocasiones como si se tratará de un mal menor o peor, para ser sustituido por el mercadeo amatorio, la pasión o cualquier otra variante. En el oriente del mundo el amor puede ser  sagrado o tremendamente místico; tiene sus reglas, su momento y sus fines van más allá de la sociedad para conectar a la pareja a estados superiores de conciencia. En estas culturas foráneas, tan extrañas y distintas para nosotros , el amor es una excusa o el preámbulo del devenir espiritual que se alcanzará posteriormente, no sin sacrificio o padecimientos como cualquier pareja occidental y que le proporciona a los amantes grandes satisfacciones más allá de lo vida mundana de la cotidianidad citadina o de pueblo. . ¡ Oh cuanta amatoriadera

Para finalizar, pues nada: ¡ Qué viva el AMOR ¡

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