El Big Ben Deportivo: Los “goles fantasmas” de las dueñas del CNE

“Un gol fantasma yo lo defino como aquella anotación ilegítima mal validada o, también, como aquella legítima mal anulada”, es la respuesta que Ingenuo Sinduda le da a la pregunta que le hiciese Incredulina, su acuciosa esposa. “Por supuesto que una pifia como esa viene acompañada por una gran polémica, sobre todo cuando es un gol que puede cambiar el partido o decidirlo. Inclusive una equivocación de ese tipo puede eliminar a un equipo de una competición o, por el contrario, puede hasta titularlo campeón”, agrega el profesor jubilado de la ULA.  

“Como errar es de humanos, no nos debe extrañar que las gloriosas páginas de la extensa historia del fútbol mundial se encuentren plagadas de estos involuntarios, pero costosísimos errores”, considera la agradable dama. 

“Efectivamente, mi vida bella”, le confirma Sinduda. “De hecho, en la última jornada del hexagonal de la Concacaf celebrada el pasado martes 10 de octubre, el gol fantasma hizo acto de presencia en el encuentro Panamá–Costa Rica”, le comenta el catedrático a su mujer. “Al final ese tanto que – tal y como lo demuestran claramente las imágenes del partido – nunca lo fue ya que la esférica jamás rebasó la línea de gol le dio, al sumarle la anotación marcada al filo de los noventa minutos, la victoria 2-1 al equipo panameño, significando la clasificación directa de esta selección para Rusia 2018 – su primera asistencia a la gran cita del fútbol mundial – y la sorpresiva eliminación de los Estados Unidos, actual campeón de la Copa de Oro, que ese día cayó 2-1 ante Trinidad y Tobago”, explica Ingenuo.

“Otro ejemplo de anotación ilegítima mal validada es, entonces, «La mano de Dios» de Diego Maradona en el encuentro de cuartos de final entre argentinos e ingleses del Mundial de 1986”, señala la señora, seguidora fiel del deporte.  

“¡Así es mi muchachona bella!”, exclama Ingenuo con cariño, orgulloso de los comentarios siempre acertados de su esposa. “¡Pero ese no fue, ni por asomo, el primer gol fantasma marcado en una Copa del Mundo!”, expresa Siduda. “Veinte años antes, en la final del Mundial de 1966 disputada ante Alemania en el emblemático estadio londinense de Wembley, Inglaterra se benefició de un yerro arbitral para romper el empate a 2 en el minuto 10 de la primera parte de la prórroga y encaminarse a un triunfo 4-2 para ganar el único Mundial que atesora en sus vitrinas”, indica el catedrático, que hace una pausa para beber un sorbo de agua para de inmediato continuar. “¡Pero tampoco ese fue el último!”, aclara. “En Suráfrica 2010, ocurrió otro más. En esa ocasión, fueron los teutones los que se vieron favorecidos al serle anulado al mediocampista inglés, Frank Lampard, un legítimo gol que significaba el 2-2. Los germanos terminarían imponiéndose 4-1 para pasar a los cuartos de final”, informa el caraqueño.

“Pero al contrario de lo que ocurre en el fútbol, en donde estos goles son, generalmente, producto de errores involuntarios de los referees, hay otras actividades en donde la ausencia de ética y moral de los árbitros es el que los promueve, y hasta los anota. Ejemplo de eso es el CNE, el desacreditado y vergonzoso juez electoral venezolano, que con su actitud sumisa, sesgada y obediente a la dictadura de Nicolás le marcó un escandaloso «hat-trick» de goles fantasmas al pueblo venezolano, «el soberano», en los últimos meses”, señala el caraqueño que desde hace varias décadas quedó cautivado por las hermosas tierras merideñas. “El primero ocurrió el año pasado, cuando el legítimo golazo de la oposición, producto del derecho constitucional que lo asistía para solicitar el referéndum revocatorio presidencial, fue invalidado por unos tribunales ordinarios que no tenían competencia para anular el proceso. El segundo tuvo que ver con la negativa del ente comicial de realizar las elecciones regionales en diciembre del año pasado, como lo establece nuestra carta magna. El tercero fue la irrita, ilegítima y fraudulenta ANC convocada por el dictador y validada por el clan de las cuatro”, señala Sinduda.  

“Pero no conforme con eso, la actuación de las susodichas antes, durante y después del proceso electoral del 15-O fue obsceno, inmoral e impúdico. Como pruebas irrefutables de la vagabundería cometida previa a las elecciones – además del vulgar ventajismo oficial – tenemos la migración de centros – ocurrida hasta 48 horas antes y que afectó a más de 700.000 electores – y la no sustitución de candidatos. En cuanto a las irregularidades ocurridas durante el momento del sufragio fuimos todos testigos que el CNE, y por supuesto el Plan República, se hicieron de la vista gorda de los 350.000 ciudadanos afectados por la violencia, amedrentamiento y coacción. Fue precisamente la coerción vivida por muchos de estas personas lo que generó que, en el estado Miranda por ejemplo, el 31% de las actas no cuenten con la aprobación de los testigos de la Mesa de la Unidad Democrática porque fueron sacados a la fuerza. De ahí las inconsistencias estadísticas”, señala el profesor.

“Tales inconsistencias también fueron presentadas por Enrique Márquez, diputado a la AN por la MUD, quien denunció que el CNE forjó un número de actas para robarle el triunfo a Andrés Velásquez en Bolívar. Típico “gol fantasma” – trácala recurrente – de las dueñas del CNE”, indica Incredulina con indignación.                        

(٭) Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo       

      aemora@gmail.com, @amoramarquez