El Big Ben Deportivo: Maduro, Trump y la “final plumífera” o “alada”

Por: Andrés E. Mora M…

“¡Vergación, que gente hubo en esa verga!”, le dice el maracucho Benefactorino Montiel a Ingenuo Sinduda, vía videollamada de Whatsapp, para expresar su orgullo por los 20.772 fanáticos que pagaron la entrada al Estadio Luis Aparicio El Grande de Maracaibo – la mejor asistencia esta temporada en un encuentro de la LVBP – para ver como el equipo rapaz derrotaba 1-0 a Caribes de Anzoátegui en el quinto de la semifinal y hacerse de un cupo para la gran final de la temporada 2016-2017 que en breves minutos comenzará.

“¿Vos recordáis la predicción que hice apenas me enteré que la liga había decidido que este campeonato se jugaría en honor a Doña Lilia Silva de Machado?, le pregunta el ingeniero nacido en Maracaibo, y radicado en Río, al caraqueño profesor jubilado de la ULA, asentado en Mérida desde hace varias décadas, refiriéndose al justo homenaje que la liga decidió rendirle a la distinguida dama marabina – fallecida a mediados de junio del pasado año – y quien fuera presidenta honorífica de las Águilas del Zulia, además de ser uno de los emblemas de esa organización. “¡Vergación, que seríamos campeones!”, contesta el mismo Montiel al momento que Sinduda fruncía el ceño denotando desconocer la respuesta.

“Yo soy de los que piensa que será una final muy reñida y, por lo tanto, bastante complicada como para pronosticar un ganador”, opina Ingenuo. “Ambas novenas dominan con creces los fundamentos del juego de pelota, de tal manera que poseen excelente picheo, tanto abridor como relevista, y extraordinaria defensiva. De hecho, las Águilas bateando para .253 – el promedio más bajo de todos los equipos que trascendieron a la postemporada – ganó con holgura sus dos series anteriores, barriendo en cuatro juegos a los aun reinantes Tigres de Aragua y dejando en el camino a la tórrida ofensiva de Caribes en cinco juegos. Por su parte Cardenales, aunque Bravos logró enredarle el papagayo en la primera serie al obligar un séptimo y decisivo encuentro – desde mi punto de vista méritos más que suficientes para que el equipo insular disputase el juego para definir el cuarto clasificado para la semifinal – no tuvo problemas, jugando un sólido béisbol, en deshacerse del equipo dirigido por Oswaldo Guillén”, señala el oriundo de la caraqueñísima parroquia Santa Rosalía.

“Con respecto a este nuevo fracaso escualo permíteme leerte esta reseña que aparece en la página oficial de la liga ‘La Guaira tendrá que esperar al menos una temporada más para tratar de ganar un campeonato. Algo que no consigue desde la temporada 1985-1986, hace 31 años. Entre los equipos miembros de la Confederación del Caribe, solo Estrellas Orientales, que se tituló por última vez en la campaña 1967-1968 de LIDOM, tiene una sequía más prolongada que los Tiburones’. Esperemos que la espera no sea tan larga como la de los Cachorros de Chicago”, dice en tono jocoso Ingenuo. “Por cierto que, siendo estudiante de la UCV, tuve la oportunidad de asistir a todos y cada uno de los encuentros de esa última final en que La Guaira salió airosa venciendo en siete juegos a los gloriosos Leones. No obstante, al año siguiente el equipo capitalino se sacó ese clavo y barrió en la final a los Tiburones con el broche de oro que significó el no-hit no-run lanzado por Urbano Lugo Jr. en el 4to desafío. Esos cuatro juegos también los disfruté sentado en las gradas del Estadio de la Ciudad Universitaria”, termina de contar la anécdota un nostálgico Ingenuo. “En estos tiempos del ‘madurismo’, y a pesar de ser Profesor Titular de la ULA, de vaina y tendría para pagar la entrada de un juego de la temporada regular ¡Así son las cosas!”, reflexiona Sinduda apesadumbrado.  

 “¡Vos dejáis la verga y no te me pongáis melancólico compadre!”, exclama Montiel al darse cuenta del inminente bajón anímico de Ingenuo. “Ahora bien, vos tenéis razón. Esta segunda final plumífera o alada – como vos queráis llamarla – en la historia de nuestra pelota debe ser vergatariamente pareja ¡Pero igualmente las Águilas serán campeonas!”, señala carcajeándose un convencidísimo Montiel.

“Yo lo que aspiro es que el que resulte ganador de esa apretada final de la pelota criolla no ponga la torta en la Serie del Caribe como Nicolás la ha puesto en Venezuela. Acordémonos que en final de fotografía – y según el CNE, por media nariz – Nicolás fue declarado ganador de las elecciones presidenciales 2013”,  recuerda Ingenuo. “El desastre que a paso arrollador este señor lleva a cabo, lo resumió él mismo el pasado domingo con los enrevesados cuentos de siempre sacados de la chistera de su memoria y que, en cadena nacional y con la presencia de las delegaciones extranjeras acreditadas en el país, fueron transmitido desde el TSJ, lugar al que asistió con una hora de atraso, quizás porque el subconsciente le jugó alguna mala trastada que lo condujo primero a la AN, lugar establecido constitucionalmente para la presentación de la memoria y cuenta del Presidente de la República, pero que al percatarse que no era eso precisamente lo que presentaría se haya sentido con el libre albedrío para elegir cualquier otro sitio, que bien pudo haber sido el Poliedro de Caracas, la Avenida Bolívar, el balcón del pueblo o, inclusive, el ‘callejón de la puñalada’ en Sabana Grande, que por su pequeño tamaño estaría más acorde con la población que lo apoya, espacios que por su falta de institucionalidad son comparables al recinto definitivamente seleccionado para echar sus cuentos ese 15 de enero”, dice en tono irónico y cínico un Ingenuo socarrón.

“¡Vergación y hoy tomó posesión Donald Trump, otro que ganó de verga!”, le recuerda Benefactorino a Ingenuo.

“¡Ciertamente!”, exclama el catedrático. “Ese es otro que le encanta echar cuentos. Así como Nicolás dice que la inseguridad es culpa de una ‘guerra criminal’ contra su gobierno, Trump sostiene que la inseguridad en su país es culpa de la migración. Definitivamente Donald es la versión gringa de nuestro vernáculo Nicolás”, opina Ingenuo.            

“¡Que molleja! Entonces ese es otro que tiene todos los ingredientes para poner la torta también”, predice el fanático aguilucho cuando ya salen al terreno de juego los Cardenales de Lara.

Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo       

      aemora@gmail.com, @amoramarquez