El Caminante: Equilibrio roto

Por: Valentín Alejandro Ladra…

¿Cuál? El Mal en el mundo ha sobrepasado la invisible débil línea existente desde milenios donde el Bien, aunque a duras penas, era el muro de contención, a pesar de enésimas guerras a través de la historia, cruentos conflictos, crueldad, injusticias, sufrimientos y poderes donde el ser humano se autodestruía.

Pero el Equilibrio otorgaba nuevas esperanzas de un mundo mejor, de paz, progreso y justicia.

Hoy, en este incipiente siglo XXI, el Mal, la Oscuridad ha roto el dique de ese muro de contención del Bien. El mundo se cae a pedazos, y Venezuela está en el limbo donde se juega su futuro, donde más se puede ver, casi palpar, el fétido aliento de seres sin alma que pretenden dominar sin razón, en busca de un poder donde impere lo negativo por sobre la conciencia humana.

Talibanes, el mal llamado Califato de ISIS en Medio Oriente y el atroz y cruel terrorismo que destruye a seres inocentes en el mundo entero, Al Qaeda, el narcotráfico, trata de blancas, venta de sofisticados armamentos, el peligro nuclear de Corea del Norte, Irán, las mafias internacionales que se han apoderado de las economías de la mayoría de países del mundo, incluyendo a nuestro desdichado país.

El Mal es muy inteligente, opera en silencio hasta que derrama su alma destructora y negativa. Es nuestra historia humana. La historia del mundo desde milenios, donde el ego, el poder, las desmedidas ambiciones todo lo corrompe y obnubila trágicamente. ¡Cuántos atentados tuvo Simón Bolívar! ¡Cuántas agresiones, incomprensiones, hasta morir en soledad, enfermo y decepcionado de los humanos!

Lo inconcebible es que existen personas a quienes la indiferencia los hace cabalgar como jinetes apocalípticos por pantanos donde ellos mismos en algún momento se van a hundir. El Mal se apoderó de los sin razón. Los obnubiló en mente, alma y corazón. Así trabaja el mal. Por eso el Equilibrio se ha roto. El Bien está en retroceso. Estamos a las puertas de un cambio dantesco en la humanidad. El ser humano, hoy día, es sólo un “tonto útil”, como bien dijo hace años don Miguel Angel Capriles. Si se sigue este derrotero y el Bien, todos nosotros, dejamos que se rompa definitivamente el muro de contención que ya esta resquebrajado y las fisuras son cada vez más profundas, y no se tomen los correctivos titánicos que deben ser inmediatos, mañana es tarde, el sol se apagará y las legiones de la oscuridad por fin se apoderarán de toda la Tierra.

El Mal no proviene únicamente de los genes negativos de Caín, que sorprendentemente no fue castigado por la divinidad ni por su supuesto padre Adán, dejando que su simiente oscura se propagara por el mundo. No. Esa energía también surge de otras dimensiones del Universo, donde reina el caos y todo se destruye en otro espacio/tiempo. El Mal se apodera así de la simiente oscura, los genes negativos que nacen en la Tierra. Lo vemos en los niños, en las escuelas, la crueldad a los más débiles, la confrontación a los padres y maestros.

¿Los rezos? ¿Cuántas religiones que persiguen el Bien existen hoy día? Multitudes oran en el mundo entero, y más en Venezuela. ¿Resultado? Millones de migrantes desesperados, muerte y desolación. No es momento de fiestas y rochelas. Es momento de tomar la pala y cementar el muro de contención. El Mal no puede, jamás, triunfar sobre el Bien.

El Equilibrio se ha roto. Depende de lo que queda de Bien en el mundo para recobrarlo, y que el Mal, como enseñó el profeta persa Zoroastro hace milenios, sea relegado a lo más recóndito de nuestro universo. No será fácil, pero ¿cuándo ha sido lograr algo fácil en el mundo? Y que la Tierra, la Humanidad, nuestra Venezuela, recupere el Equilibrio del Bien, y vivir en la paz y hermandad del progreso y felicidad que todos merecemos… y por supuesto, que el sol brille para siempre.

“Ayúdate que te ayudaré…”

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