El caminante: El Estrés, la Autoestima

Por: Valentín Alejandro Ladra…

Escribí sobre ello hace 28 años y hoy irrumpe en nuestra psiquis y alma con fuerza negativa, lo que debemos de lamentar más que nunca, jamás abandonar, y buscar prontas soluciones.

Lo escribí en el libro “Manual Antiestrés” en 1990, alertando lo que podría suceder en los años venideros en Venezuela, como una lucidez profética con todos sus avatares peligrosos para nuestra salud y vida, flagelos que enferman y hasta pueden ser mortales.

Hoy más que nunca el estrés –algo que era impensable siglos y años atrás por su devastadora capacidad de antivida—se ha apoderado de la mayoría de hombres, mujeres y niños, aunque usted no lo crea. Debemos ver la realidad cotidiana de lo que acontece a nuestro alrededor, que incluso ataca y produce oscuras desesperanzas. Ignorarlo es enfermarse aun más. La solución es enfrentarlo y buscar alivios, soluciones y combatirlo con una altísima autoestima, hermandad en las familias, más allá de remedios celestiales, que, igual que los escasos o casi desaparecidos medicamentos farmacéuticos, parece que tienen los teléfonos con las líneas cortadas.

Las oraciones son importantes pero el secreto es que esa celestial energía debe ser ayudada y equilibrada con el esfuerzo y capacidad de raciocinio y voluntad férrea con uno mismo.

La persona débil va rápida o paulatinamente perdiendo sus fuerzas de voluntad, hasta decaer en abismos que son muy difíciles de rescatar. Está en nosotros mismos recuperar la estamina de creer en nuestra propia capacidad humana. No es fácil levantarse cuando se está caído. Por eso nuestra verdadera fuerza está no sólo en la mente sino también en el espíritu del Bien. Para jamás decaer. Para que el flagelo del estrés no nos pueda vencer. Todos podemos ser verdaderos héroes. Sólo falta creer en nosotros mismos, no importa la profesión, lo social o creencias. No debemos, bajo ninguna circunstancia, bajar los ojos al piso, sino todo lo contrario, erguir nuestras cabezas y mirar los horizontes de grandeza.

Claro, hay que reconocer que no es fácil, pero como dice el dicho “Roma no se hizo en un día”.

En una investigación del profesor y doctor británico John Newman, indicó que “la profesión médica británica reconoce cada vez más el importante papel que las personas, amigos o familiares, personas dedicadas a dar consejos positivos individuales a aquellos atribulados por problemas y circunstancias adversas, que alivian y hasta sanan en una especie de desempeño de medicina preventiva”.

De esta manera ayudan a superar, comprender los trastornos emocionales y hasta físicos, mentales, que son producidos por una muerte, matrimonio o parejas frustradas, una persona confusa, deprimida, asfixiada por múltiples problemas, hasta violenta o a la deriva, angustiada.  Así se pueden evitar y hasta sanar muchos desórdenes psicosomáticos derivados de la tensión nerviosa que provoca el estrés.

Claro, la persona debe reconocer y aceptar sus problemas, dejar de lado sus orgullos, vanidades, soledades y pensamientos equivocados, para así ser ayudado positivamente.

Las familias, en gran parte en el hoy, están confundidas, buscando soluciones inmediatas a los graves problemas que las aquejan: de cómo sobrevivir a situaciones impensadas con anterioridad. Y es allí que debe nacer y fortalecerse con toda forma de cariño, hermandad y comprensión. Unión entre todos, partiendo de una familia, de amigos, de compañeros de trabajo, de seres queridos y estimados. Jamás se debe estar sólo. Todo lo contrario, fortalecerse en la unión del Bien, y luchar por una vida, un presente y próximo futuro mejor.

En Gran Bretaña, que participó en cruentas guerras en su historia, padeciendo hambre, muertes y enfermedades, como la mayoría de los países del mundo – y que nuestra Latinoamérica también tuvo sus bemoles en su corta existencia moderna-, existe la posibilidad de obtener consejo profesional de varias fuentes, por ejemplo: El Centro para la Guía Matrimonial brindó asesoramiento durante muchos años a parejas en dificultades. Ahora modificaron su nombre por “Relate”, algo así como “Apoyo”, extendiendo sus servicios, prestando ayuda a todas las personas que pasan por períodos confusos, difíciles y hasta de temores.