La Tertulia de los Martes, espacio abierto a la discusión de los asuntos públicos, atendiendo al mandato de consciencia de la gran mayoría de sus integrantes y obligada a ser coherente con las opiniones que ha comunicado a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y públicamente a la colectividad, expresa su criterio sobre las últimas decisiones adoptadas por el liderazgo político nacional sobre las venideras elecciones:
Los partidos políticos agrupados en la MUD han escogido transitar el camino más difícil para participar en las elecciones destinadas a renovar la Asamblea Nacional de Venezuela en este año 2015. Mediante acuerdo celebrado el lunes 2 de marzo, en Caracas, la MUD optó por partida doble en una apreciación equivocada de la presente realidad política nacional. Por una parte, ha escogido la línea burocrática de los acuerdos cupulares para seleccionar a la inmensa mayoría de los candidatos opositores a integrar el nuevo parlamento, en lugar de solicitar el aval de la colectividad como el respaldo más firme para esos candidatos. De otra parte, han decidido participar con sus colores y tarjetas partidistas y le han ofrecido al electorado independiente, que hoy es mayoritario en el país, el consuelo de una tarjeta unitaria para que vote por los candidatos de los partidos.
Estimamos equivocada esa determinación que puede tener lamentables consecuencias electorales y políticas. Dos errores le han servido de base. El primero, considerar como incompatibles, que no lo son, los consensos partidistas para designar sus candidatos y la consulta abierta a la colectividad de cada circunscripción electoral, para consagrar a esos candidatos como opciones colectivas y populares.
El costo de la consulta y el poco tiempo disponible no son más que pretextos para no hacer correctamente las cosas. El segundo, confundir el rechazo mayoritariode la población frente al gobierno, con la determinación de concurrir a las elecciones y votar por los partidos que se oponen al gobierno.
La opinión generalizada entre los analistas políticos del país es que en ningún momento como ahora se han reunido tantas condiciones favorables para el triunfo de las fuerzas democráticas frente al régimen. Estas elecciones no lo deciden todo, pero pueden representar el primer paso sólido hacia la reconquista pacífica, civil y constitucional de la democracia en Venezuela. Está en juego la suerte del segundo de los poderes del Estado y el más cercano al sentimiento popular. Por ello vemos con grave preocupación que el liderazgo político nacional no haya sabido comprender los cambios que se han producido en el país y, en particular, el grado de autonomía conquistado por la sociedad civil venezolana frente a las estructuras partidistas. Como demócratas iremos a votar en la oportunidad en que seamos convocados y llamaremos a la colectividad a que lo haga, pero con la pesadumbre de que la decisión de los partidos ha puesto las cosas más difíciles.
No podemos, finalmente, dejar de decir una palabra sobre Mérida. Francamente nos parece un irrespeto a la colectividad que la tradición universitaria y cultural de Mérida y la conducta cívica de los merideños no haya merecido el reconocimiento de las cúpulas partidistas, a la hora de decidir quienes deben ser sus representantes ante la futura Asamblea Nacional.
Reiteramos nuestra convicción acerca de la importancia de los partidos en el desempeño de las democracias, pero de lo que se trata ahora es, precisamente, de recuperar la democracia en Venezuela. ¿Tendrán los partidos el coraje y la voluntad para revisar la decisión que han adoptado y poner en manos del electorado una determinación de tanta trascendencia?
Mérida, 4 de marzo de 2015
José Mendoza Angulo Néstor López Rodríguez
Miguel Rodríguez Villenave Genry Vargas Contreras
