Con razón le tienen miedo: unas líneas sobre MCM

Por:Rafael Cuevas Montilla…

Por estos días María Corina Machado ha vuelto a estar en el centro del debate y de a poco, ha ido logrando no solo mayor visibilidad mediática, sino un importante protagonismo político más allá del mundillo del WhatsApp y del Twitter, tierra llena de gente de poderosos pulgares y, muchas veces, de poco hacer fuera del espacio 2.0, es decir, en la calle.

 

La causa de este creciente protagonismo: sus firmes posiciones y actuaciones políticas, las cuales contrastan con el carácter acomodaticio y cobarde que en más de una ocasión han mostrado los desgastados líderes de una oposición que hasta hace poco se agrupaban en la MUD y que hoy, cuando el país les reclama unidad, andan cada uno por su lado con sus calculadoras electorales chimbas en mano, sacando sus tradicionales cuentas en las que siempre parece que van a ganar y casi siempre salen perdiendo y llorando, sin decidirse jamás eso sí, a botar esas inútiles calculadoras.

 

Y es que, como muestra una entrevista que Crónica Uno le ha realizado recientemente, sus posiciones trascienden por mucho la frase que repite con frecuencia de “Maduro vete ya”, pues tal expresión lejos de ser un lema vacío, está acompañada de una visión clara de la posible ruta para poner fin a nuestra larga noche de luna roja y de peste militar; en tal sentido, la entrevista en cuestión, puede servir para resumir esa visión, pero también para entender porque a veces MCM se torna en un visible punto de encuentro entre los aparentemente irreconciliables cabecillas de la dictadura y sus opositores profesionales de la hoy extinta MUD: tirios y troyanos coinciden en el miedo, un profundo miedo a su discurso pues, cada vez que MCM habla con claridad y firmeza deja al rey desnudo, pero también, desviste a aquellos que dicen adversarlo cuando en realidad cohabitan tras bastidores interesadamente con el infame tirano.

 

¿Su propuesta? Frontal y directa: cobrar consciencia de que este régimen, al que califica siempre de “narcodictadura”, posee una marcada naturaleza antidemocrática y delincuencial que anula la vía electoral como una salida posible, ante lo cual propone -desde hace tiempo además y consecuentemente-, propiciar el desarrollo de una “masa crítica” que mediante lo que denomina “una acumulación de fuerzas no violentas” entre las que incluye la presión internacional, la ciudadana y la institucional, propicie el quiebre del sistema, pues como siempre nos lo recuerda, no se trataba ayer solo de la salida de Chávez ni se trata hoy solamente de la de Maduro, sino del desmontaje de la narcodictadura, tarea central que ya en la época en que el marañero de Sabaneta vivía, proponía la exdiputada como urgente, recibiendo casi siempre como respuesta la indiferencia y hasta la acusación de radical por los partidos tradicionales, ocupados en preservar sus cuotas de poder llamando siempre a la supuesta salida electoral con Tiby contando los votos, receta que solo ha servido para perpetuar a los que nos desgobiernan desde hace ya 19 años.

 

En pocas palabras, esta dirigente a quien sus adversarios chavistas y no chavistas tildan siempre de aristocrática, haciéndose con ello eco de aquella sentencia del finado eterno según la cual“ser rico es malo”, esta mujer parece no tener duda: no deben existir matices ya que, o se adversa a la narcodictadura o se le apoya, de donde toda negociación, como la de República Dominicana del pasado año o el “diálogo” que sepultó el revocatorio en 2016, no ha sido y es sino oxígeno para un régimen que varias veces ha estado debilitado y sin embargo, siempre ha conseguido en sus supuestos adversarios una boca que le dé respiración asistida.

 

Es esta firmeza, insisto, la causa de tanto miedo, pues MCM, una profesional de sólida formación académica, parece ser percibida como una amenaza contra el statu quo, por lo que se le pretende anular con un argumento en el que tanto aportan Mario Silva y su Hojilla como los publicistas adecos, aquel que le acusa de falta de sensibilidad popular, de no saber besar viejitas en las mejillas sin limpiarse luego los labios.

 

Pareciese entonces como si la oposición venezolana vinculada a los partidos del pasado y a los surgidos de estos, además de temerle, no le pudiera perdonar el hecho de que MCM no sepa saltar charcos como CAP o decir refranes como Luis Herrera, olvidando esa oposición que ha sido justamente ese afán desmedido por vincular el ejercicio del liderazgo con esos saltos, refranes y demás formas de populismo, lo que nos llevó junto a nuestros supuestos líderes a caernos en el mayor charco de nuestra historia, el lodazal del chavismo y de su pestilente plaga militar, conducida como ya sabemos y aunque duela decirlo, por el campeón de los carga muchachitos y besa viejitas: Hugo Chávez Frías.

 

Con razón, si los deja en evidencia a cada rato y muestra la firmeza y claridad que ellos no tienen, con razón le tienen miedo, mucho miedo…

 

Rafael Cuevas Montilla.

Prof. Historia Contemporánea.

Facultad Humanidades y Educación, ULA.