Default venezolano, crónica de una muerte anunciada

Por: Germán Rodríguez Bustamante…

El termino default desde el punto de vista financiero es el simple incumplimiento de cancelación de préstamos en los términos acordados, cuando se refiere a una deuda soberana es la cesación de pagos de los títulos emitidos por la nación a los tenedores de los mismos en los plazos estipulados en los documentos. Esta cesación o diferimiento lo pueden adoptar las naciones por razones de incapacidad financiera, por acuerdos con los acreedores o como una estrategia para negociar condiciones futuras; en todo caso es la no cancelación de los compromisos. En el caso venezolano todo apunta a una probabilidad muy alta, que en el año 2016 la nación tenga serias dificultades para hacerle frente a sus obligaciones, fundamentalmente por la merma de sus ingresos en divisas y al manejo irresponsable de las finanzas públicas. Con reservas internacionales a niveles de 15 mil millones de dólares a finales de julio 2015, vencimientos de deudas de cerca de 6 mil millones para lo que resta de año entre PDVSA y el gobierno central y vencimientos aproximados de 10 mil millones en el 2016, es sencillo predecir que en el futuro cercano el país tendrá aprietos financieros; en consecuencia pareciera que el default venezolano está más cerca de lo previsto por el gobierno.

Lastimosamente en la épocas de bonanzas de divisas que la nación experimento en el pasado, no se generaron los fondos de ahorro necesarios en estos tiempos de restricciones presentes, y los que se lograron crear, fueron saqueados por una elite burocrática sedienta que terminaron derrochando los recursos acumulados en los mismo; la nación se encuentra en una situación penosa sin ahorros y los más grave, sin posibilidades de recuperar lo perdido.

Nuestra principal industria PDVSA, fue sometida a una descapitalización tanto de recurso humano como patrimonial que afecto su capacidad operativa, tanto es así, que los resultados financieros del año 2014, muestran una caída de los ingresos por venta de petróleo y sus derivados del 20 % en comparación con el 2013; situación que se acentúa en lo que va del año 2015 ya que los precios se han mantenido bajos y no contamos con capacidades ociosas para compensar la caída de los precios del crudo; adicional la empresa no genera flujos de divisas para reinvertir, en el año 2014 la industria mostro utilidades derivadas de resultados cambiarios y correcciones contable-financieras que no alimentan la tesorería.

En paralelo al desastre gerencial experimentado en la industria y todas la instancia de decisión de la estructura pública, el país se endeudo en proporciones superiores a las necesidades reales de la economía; era muy atractivo y financieramente barato comprometer al país con la garantía de petróleo, en una estrategia equivocada al pensar que el precio del crudo se mantendría elevado por periodos largos de tiempo; la situación cambio y ahora debemos pagar las deudas contraídas en esos tiempos de abundancia, en consecuencia el default no obedece a una estrategia planificada del gobierno sino a un manejo irresponsable de las finanzas nacionales.

Los mercados internacionales reaccionan ante la probabilidad que un país no pueda, por limitaciones financieras asumir sus compromisos futuros, esto eleva la percepción de riesgo y por ende el costo de capital global, generando consecuencias graves en la economía interna. No se trata de un complot internacional en contra de la nación, tampoco es una manipulación mediática de expertos financieros que pretenden obtener utilidades por incremento de los rendimientos globales de los títulos; lastimosamente ante la ausencia de información pública transparente, la incertidumbre arropa a los inversionistas y reaccionan apreciando el riesgo de insolvencia. Por lo tanto el riesgo del default no cuestiona la disposición del gobierno actual de cancelar sus obligaciones con los mercados internacionales, lo que queda en duda es su capacidad financiera de poder afrontarlos.

No pretendo una declaratoria apocalíptica del futuro del país, sin embargo intento alertar sobre la posibilidad de que la nación pueda padecer dificultades para honrar sus obligaciones en el año 2016, sino se cambia la orientación del modelo económico; los compromisos sociales se mantendrán en la medida que existan fondos para protegerlos. Los objetivos históricos planteados en el plan de la patria están bien lejos de poder alcanzarse; la corrupción, la incapacidad y la ineficiencia dragaron los ingresos obtenidos por la renta petrolera y los originados por endeudamiento, con lo cual las capacidades operativas derivadas de inversiones productivas no existen pero las deudas son reales. En consecuencia con un manejo financiero para incrementar los bolsillos de la elite en el pasado, es predecible el default del país en el año 2016 con un alto grado de certeza.

gguillermorb@yahoo.com