El Big Ben Deportivo: En efectivo vivir, o vivir por el efectivo

Por: Andrés E. Mora M…

“Que el miércoles 21 de marzo, a dos meses de cumplir 102 años, el italiano Giuseppe Ottaviani, consiguiera adjudicarse su tercera medalla de oro en la duodécima edición del Campeonato de Europa Master en pista cubierta que hoy, 24/03, finaliza en Madrid es, a todas luces, ¡un hecho increíble!”, le comenta Ingenuo Sinduda a Incrédulo, su hijo, en el devenir de la tradicional tertulia sabatina que, de un tiempo para acá, dejó de ser matutina con desayuno, para convertirse en vespertina con café, siempre y cuando haya para comprarlo.

«El sólo hecho que con esa edad permanezca activo como atleta, ya es sorprendente”, considera el más joven de los dos. “Tienes toda la razón, hijo”, reflexiona el profesor jubilado de la ULA en la continuación de la conversación que sostienen ambos y que hoy se ha centrado en el tratamiento desconsiderado que le dispensa a las personas de la tercera edad este Socialismo del siglo XXI, garabato de lo que debe ser un sistema de gobierno moderno y de avanzada dado el desarrollo del conocimiento humano en un área tan sensible e importante como lo es el tema social. 

“Tamaña proeza fue alcanzada por este individuo fuera de serie en salto triple cuando, en el cuarto intento, luego que los tres primeros fueron nulos, dejó una marca de 2,18 metros para hacerse de esa tercera corona. La primera de ellas la obtuvo el mismo día inaugural, lunes 19/03, al vencer en salto largo con 0,85 metros y, la segunda, 24 horas después al imponerse en impulso de bala con registro 3,31 metros”, señala el docente. “SuperPeppe, como le dicen por cariño, es el único atleta, entre los 3.844 inscritos, que supera la centuria por lo que carece de rivales en la categoría 100 años o más. Con ese brío y entusiasmo inquebrantable es el dueño absoluto del record mundial en cada una de esas tres especialidades con 1,16 m en salto de longitud, 3,27 m en salto triple, y 4,43 m en impulso de bala, todos ellos conseguidos en Ancona, Italia, en el 2016”, agrega el bien enterado catedrático.

“Mientras el martes 20 de marzo aquel hombre con más de un siglo acuestas subía por segunda ocasión a lo más alto del podio, nuestros adultos mayores – todos ellos bastantes más jóvenes que él, incluso hombres y mujeres de sesenta y tantos años, pero no pocos con apariencia famélica o enferma debido, posiblemente, a la escasez de comida o medicamentos, huella del maltrato al que son sometidos a diario por esta revolución – iniciaban el calvario que significa en Venezuela el cobro de las pensiones del Seguro Social”, interviene Incrédulo. “Estos ciudadanos han sido obligados, desde hace años, a hacer interminables filas por infinidad de horas – algo inadmisible en esta era de la revolución de las comunicaciones en el planeta, e, inclusive, desde antes del colapso del sistema eléctrico nacional consecuencia de la ineptitud de quienes lo han administrado en los últimos 19 años – para cobrar unas pensiones que para nada alcanzan en esta hiperinflación inducida por el desgobierno de Maduro”, denuncia el joven Sinduda. “Pero el irrespeto no se quedó ahí. La falta de remesas conllevó al pago incompleto del dinero correspondiente, situación que provocó que los pensionados protestaran durante toda esta semana en muchas ciudades del país. Aquí en Mérida, por ejemplo, el martes trancaron la avenida Las Américas, el jueves fue la Andrés Bello, exigiendo su pago. La misma situación se vivió en Trujillo. En Lechería, estado Anzoátegui, y en Chacao, estado Miranda, mantuvieron tomadas importantes arterias viales por la falta de efectivo en los bancos”, indica Incrédulo. “Hasta el efectivo es «bachaqueado» en esta dictadura”, expresa el joven Sinduda a manera de inciso.

“Otro logro perverso ¡Hecho en socialismo!”, acota el progenitor, interrumpiendo a su hijo.

“El saldo de tal humillación fue, una vez más, el de adultos mayores sufriendo de desmayos y mareos producto de la larga espera para ser atendidos”, dice Incrédulo. “¡Esa vaina es inhumana!”, añade iracundo.

“Esa actitud hacia las personas de la tercera edad es una evidencia irrefutable de lo deshumanizado del régimen venezolano”, indica Ingenuo. “El gobierno de facto de Nicolás menosprecia, maltrata e irrespeta a este grupo de personas. Los hace sentir parásitos, dependientes de las dádivas que él decida darles ¡Ustedes pueden vivir por el efectivo que yo les doy!, pareciera decirles. Eso contrasta de manera chocante con un evento deportivo como el organizado en Madrid.

Una competencia consolidada en donde, por décima segunda vez, más de 30 países participan en 11 categorías de la rama femenina, que oscilan entre 35 y 85 años, y 13 categorías en masculino, desde 35 años hasta más de 100. Eso demuestra el grado de humanización alcanzado por esas sociedades al disponer de una estructura organizacional para integrar a los adultos mayores a la práctica del deporte, con los beneficios que eso significa, y con el incentivo extra de poder representar a sus países en competiciones internacionales como esa. Hacerle sentir a este segmento tan vulnerable de la sociedad que puede ser útil e importante para sus naciones, implica la mejora sustancial de la calidad de vida de sus integrantes, cuestión esta que redunda en vivir a plenitud ¡En efectivo vivir!”, reflexiona el docente jubilado.

(٭) Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo            

      aemora@gmail.com, @amoramarquez