El Big Ben Deportivo: Venezuela ya estaba en pelotas

Medicamentos2

Por: Andrés E. Mora M. (٭)…

 

“La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida.”

(Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su Artículo 83)

Ramón José y Eduardo Miguel, hermanos y furibundos seguidores del equipo melenudo de la pelota criolla, salen eufóricos del Estadio Universitario después de ser testigos del dramático triunfo de los Leones sobre los Tigres. Junto a ellos – refunfuñando por la derrota y lanzando improperios contra el nuevo manager bengalí, Luis Sojo, por no hacerle caso a las recomendaciones y consejos que se desgañotaba gritando desde las tribunas – el tío Leonalberto tragaba grueso para asimilar la derrota. Lo de Leonalberto es interesante ya que es el único no caraquista en una familia que por tres generaciones ha sido seguidora del equipo capitalino al punto que “tata” – la simpática abuelita de Ramón José y Eduardo Miguel y mamá de Leonalberto – fue una de aquellas recordadas “caras bonitas”, apelativo que se le dio a las jóvenes damas – señoritas pues – que asistían al estadio de San Agustín para apoyar al Cervecería Caracas.

Ya en el carro y aguantando con estoicismo el parsimonioso movimiento de la enorme cola vehicular para salir de las entrañas del oscuro estacionamiento en donde funcionó, hace muchos años atrás, “El Mercado de los Corotos”, los tres regresan a la realidad. “No es posible que haya aumentado cinco veces el precio del estacionamiento – de Bs 20 la temporada pasada a Bs 100 en esta – y que todavía no haya iluminación en ninguno de los niveles de esta vaina”, comentaba un ya no tan feliz Ramón José. “Pero veamos lo positivo hermano, las entradas del palco de terreno aquí en el Universitario sólo aumentó alrededor de un 8% ya que pasó de Bs. 313 a Bs. 340. Fíjate que en el José Bernardo Pérez de Valencia el incremento fue alrededor de un 72% – de 180 a 310 bolívares – en la tribuna principal. Aumento este que por cierto está más acorde con el 60,5% de inflación anualizada (junio 2013 – junio 2014) según las cifras oficiales emitidas por el Banco Central de Venezuela en septiembre”, asomó Eduardo Miguel. “Pero el incremento en los precios no lo estamos padeciendo solamente los consumidores finales. Como toda empresa, los ocho equipos de la LVBP tuvieron que sacar números, calcular costos y hacer ajustes para poder montar la temporada y garantizar que su inversión pueda tener ganancias. Los ocho conjuntos se encontraron con sustanciales incrementos en los precios de hospedaje para sus peloteros, en los pasajes aéreos y en la seguridad, por sólo citar algunos aspectos”, acotó el tío Leonalberto.

Instalados al fin en una de las areperas aledañas al estadio de la UCV, se encuentran a punto de disfrutar de una suculenta arepa a la brasa. “Tío, mi “tata” nos comentó que no consigues el Oxicodal de 600 mg o el Trileptal de 300 mg que, como todos sabemos, son los fármacos que te mantienen controlada la epilepsia y que por esa razón la doctora tuvo que cambiarte el medicamento ¿Ese cambio de medicación no te genera problemas?”, preguntan al unísono unos preocupados sobrinos. Leonalberto los escucha con atención mientras le da el ansiado primer mordisco a su provocativa “pata pata” – denominación caraqueña a la arepa rellena de queso amarillo, caraotas negras y aguacate – mastica con calma, se toma su tiempo para tragar y, casi de inmediato, procede a tomar un sorbo del espeso batido de níspero. Cuando se dispone a contestar sucede algo inesperado, Leonalberto hace un movimiento brusco e involuntario y cae al suelo con una convulsión. Esta escena se repitió – con una periodicidad aproximada de cuatro horas – durante el resto de esa noche y la mañana del sábado siguiente. No hubo otra alternativa, Leonalberto tuvo que ser hospitalizado.

“Que broma, quien podía siquiera imaginar que Leonalberto, que por tanto tiempo ha sido un paciente controlado, cayera con esta crisis. Razón tiene la Directora de la Liga Venezolana Contra la Epilepsia (LIVECE) cuando denunció casos de personas convulsionando en el metro y en las plazas públicas por no poder tener acceso a su medicación. Es lamentable que Leonalberto haya pasado a engrosar esta dantesca estadística, realidad que al gobierno definitivamente no le interesa y que por lo tanto ni asoma en ese discurso ficticio y manipulador con los que suele llenar las cadenas de su desvergonzada política de engaños y mentiras”, comenta indignada “tata” – una brillante y lúcida mujer de 92 años – que acompaña en el lecho de enfermo a su hijo, quien – sin duda – es una víctima más, como tantas otras, de la desidia e ineptitud gubernamental.

“Freddy Ceballos – presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela – afirmó que la escasez de medicamentos en la capital llega a 60%, mientras que en el interior asciende a 70%. Ceballos responsabilizó de esta situación a la “negligencia” en la entrega de divisas. A su juicio la entrega de un millardo de dólares el año pasado hubiese solucionado el problema de la escasez de medicamentos. Indicó que la deuda actual alcanza los tres millardos de dólares”, lee en voz alta y encolerizada el primogénito de tata. “Y pensar que 25 millardos de dólares fueron entregados a empresas de maletín. El control de cambios y la monstruosa corrupción que engendró se han convertido en la infalible pareja de sicarios que de a poco ha ido diezmando la población venezolana, pero básicamente a la de menos recursos”, finaliza el padre de los dos sobrinos que acompañaron a leonalberto al estadio, mientras continúa llamando a farmacias cucuteñas en busca de los medicamentos.

Cuando se vive en un país en donde el gobierno, en franco desacato al artículo 83 de la carta magna, no es capaz de garantizar la salud como parte del derecho a la vida – descarada insolencia que vivimos a diario ante la ausencia de medicamentos vitales para pacientes hipertensos, diabéticos, epilépticos, con cardiopatías, con enfermedades pulmonares y con enfermedades catastróficas – estamos, entonces, ante una nación postrada, disminuida, enferma. Venezuela en estos momentos viste los harapos de un sistema de salud improvisado, muestra la indigencia de un fracasado modelo político-económico que el gobierno irresponsablemente ha tratado de imponer contra viento y marea. Es nuestro país al desnudo. Es así, Venezuela ya estaba en pelotas antes que comenzara el béisbol.

(٭) Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo

aemora@gmail.com, @amoramarquez