La maestuosidad de una hermosa alborada andina merideña se ve grotescamente contrastada con la imagen del zamuro, que vive y convive entre nosotros, invade libremente las viviendas, cualquier lugar y sector de la ciudad, gracias a la acumulación de la basura y desechos residenciales comerciales, producto de la indolencia ciudadana municipal gubernamental, toda una problemática que parece no tendrá fin.
El zamuro prácticamente es ya, otro icono turístico de Mérida, es la cruda realidad, en una ciudad, en la que no ha habido forma ni manera de que sea limpiada de la basura que la invade por todos lados, van y vienen excusas de aquí y de allá pero nadie ni en la Alcaldía del Municipal Libertador ni en la Gobernación del Estado, parece tener la solución en la mano, de una situación que ya me atrevo a pensar tiene su flagelo político saboteador, dentro y fuera de las instituciones oficiales.
Pregunto ¿les será difícil a las Empresas Constructoras existentes en la ciudad y el Estado, por citar unas, que tienen camiones volteo, prestar su colaboración y facilitarlos a la Alcaldía de Mérida o Gobernación, para que pongan su personal obrero, algunos sentados sin hacer nada y cobrando, a recolectar la basura?, ¿será mucho pedir?, el problema es de todos los que hacemos vida residencial comercial empresarial universitaria turística en Mérida ¿o no?.
La grotesca imagen natural merideña que presenciamos a diario, es lamentable en una ciudad que se dice llamar “Ciudad Turística por excelencia” que de eso, duela a quien le duela, nada tiene, es, hoy por hoy, una ciudad sucia (Giovanni Cegarra, CNP. 2229).
