Hablemos de condominios: ¿Y que hacemos con las mascotas?

Este es un tema que hay que abordar con mucho tacto, se repite en muchas residencias de la ciudad y causa profundo malestar, afectando la relación vecinal y dividiendo a la comunidad, sobre todo en aquellas donde las reglas no están bien definidas.

Quienes tienen una mascota, saben el valor emocional que representa para la familia, son una parte importante de ella, son compañía de adultos y también forman parte de la educación sensible de los niños en el hogar. Son la bendición para algunos y un problema para otros. No existen datos en Venezuela sobre la tenencia de mascotas en condominios, pero en otros países como México o Estados Unidos, se reporta que el 60% de los hogares poseen una mascota y junto a ellas un gran mercado económico que se desarrolla.  Lo cierto es, que en esta historia tenemos dos polos opuestos, los dueños de mascotas y los que no las tienen, compartiendo un área común en un edificio o residencia que generalmente se enfrentan. Y es que los derechos de quienes tienen mascotas terminan cuando empiezan los derechos de los demás, claro cuando se trata de una tenencia responsable. 

Un condominio con reglas claras y conocidas por todos los residentes no debería tener problemas con mascotas, si todos cumplen la norma.  La higiene, la tranquilidad, el control de ruidos, el manejo adecuado de los excrementos y pelaje, definir las áreas permitidas para el paseo debidamente llevados con su correa, responder por los daños que causen, entre otras, son algunas de las normas que deberían quedar puntualizadas en el reglamento interno del condominio. 

Al comprar o alquilar un apartamento, debemos leer antes su reglamento de condominio, si algo no nos agrada una buena opción sería buscar otra propiedad, no podemos llegar a imponer nuestra manera particular de ser a quien se le dificulta compartir espacios con mascotas y viceversa, hay que pensarlo bien.  Otro problema importante son los vecinos con el “Síndrome de Arca de Noe”, van por la vida recogiendo de la calle cuanto animalito está abandonado y le establecen como residencia las áreas comunes del edificio, lo alimentan, lo bañan y le hacen la cama en los espacios que pertenecen a todos, una vecina nos planteaba ¿Por qué no los adoptan, pero dentro de su apartamento?

En otras ocasiones los técnicos que hacen mantenimiento a los ascensores se quejan de la cantidad de pelos en las piezas mecánicas del ascensor y el deterioro a los pisos de las cabinas. Hemos también escuchado de casos mas graves, perros agredidos físicamente y hasta envenenados por algún vecino que no los tolera o bien por la tenencia irresponsable de los dueños. Si le sumamos actualmente, que, ante la crisis venezolana, muchas familias han abandonado a sus mascotas, o han tenido que dejarlas porque emigraron del país podemos concluir que los grandes perdedores de esta cruzada son los animalitos, ellos no tienen la culpa de nuestra irresponsabilidad, ni decisiones.

La buena noticia, es que existe en el sistema legal venezolano, suficientes leyes que amparan a los vecinos y mascotas ante la tenencia irresponsable, el asunto es que pocos conocen las leyes y menos aun las utilizan, en un país donde poco se ejecutan y se respeta el marco legal.  Perros y gatos agresivos, animales no domésticos (como serpientes, aves, felinos y otros mamíferos), malos hábitos de higiene, maltrato animal entre otros temas son tratados en “Ley para la Protección de la Fauna Doméstica Libre y en Cautiverio” (LPPFDLC) del año 2.010, allí se establece la tenencia propiedad y manejo de estas. Otras leyes que favorecen sonla Ley de Propiedad Horizontal en sus artículos3 y 39. Además de los artículos 1.185 y 1.190 del Código Civil.   Inclusive, ya como palabras mayores el agraviado puede intentar un Recurso de Amparo Constitucional, con base a los derechos y garantías constitucionales consagrados en los artículos 55 y 127 de la Constitución Nacional.  Conociendo este marco legal…

¿Qué podemos hacer ante este eterno problema?

Organizarnos como comunidad. Fijar normas, si aun no las tenemos, darlas a conocer y hacerlas cumplir. Algunas sugerencias para lograr avances;

  • Censar las mascotas de su edificio. Quienes son, como se llaman las mascotas y sus dueños, en que apartamento están, número de contacto, correo electrónico, que edad tienen, están vacunados o no. Estos son algunos de los datos de este censo que nos permitirán conocer cuantos son, a que nos enfrentamos y como los ubicamos.
  • Hacer una primera reunión de mascotas, Invitemos dueños y mascotas, así como a un especialistaveterinario que les converse sobre la gravedad del excremento al aire libre para la salud de todos, la importancia del cuidado e higiene, el control sanitario y otros tópicos. Informemos de las molestias que están causando y la necesidad de hacer las cosas bien para que nuestras mascotas sean apreciadas. Mencionar las leyes que protegen a las mascotas y a los demás vecinos haciendo énfasis en los artículos sancionatorios, enviándoles luego un ejemplar digital de la Ley de protección de fauna doméstica y en cautiverio para asegurarse que la conozcan.
  • Colocar letreros en lugares visibles del condominio con los artículos de la ley en referencia a excrementos y ruidos molestos.
  • Reglamentar el uso de un espacio fijo para el paseo de las mascotas, sin afectar las demás áreas.
  • Red cooperativa. Los demás vecinos, vigilantes y trabajadores residenciales pueden identificar a quienes no recolectan los excrementos para que la administración ejecute la sanción al respecto establecida en el reglamento de condominio y la ley respectiva, para ello se requieren pruebas como fotografías. El censo facilita esta maniobra.
  • Comience ya.Las quejas por las redes solo sirven para desahogarse, pero no llevan a solucionar el problema. Ninguna acción genera frutos si no se tiene la voluntad de ejecutarla.Verá que entre todos lo logran y mejoran su calidad de vida.

 

Danitza Suárez

Para preguntas puede escribir a;

elkminteligente@gmail.com   /  www.micondominio.com