In memoriam. Dos queridos Euditas

Cardenal Baltazar Porras

Por: Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo

El mes de julio nos trae la infausta noticia de la muerte de dos sacerdotes Eudistas que trabajaron y amaron nuestro país. El domingo 14 de julio, fallecía en el hospital de Nantes, a la edad de noventa y dos años y medio, el Padre Pedro Dauguet. Había nacido el 9 de diciembre de 1920 en Paramé, Francia.

Hizo estudios de secundaria en Saint-Martin de Rennes. Entró en la congregación de Padres Eudistas en 1940. Ordenado sacerdote en Redon el 1 de marzo de 1947. En septiembre de ese mismo año comenzó su trabajo misionero en América Latina. Brasil (1947-1949), Colombia (1949-1954), Venezuela (1954-1972): en el seminario de San Cristóbal (1951-1954 y 1960-62); en el San Buenaventura de Mérida (1955-1956 y 1960-1962). Cuatro años en el seminario de Talca, Chile (1956-1960) para volver a Venezuela. Viceprovincial de Venezuela (1961-1967), superior del Seminario de Caracas (1968-1972 y 1974-1976).

En 1976 regresó definitivamente a Francia y ocupó diversos cargos en las casas de su congregación. Con frecuencia vino a tierras americanas durante sus vacaciones y conservó hasta la muerte su corazón de venezolano como lo reseña el Provincial de Francia. Tuve la dicha de comunicarme con él recientemente, pues al enterarse de que estaba iniciándose la causa de beatificación de Mons. Miguel Antonio Salas, se puso a la orden para enviar su testimonio, cuya copia conservo. Sus restos reposan en el cementerio provincial en la Roche-du-Theil.

Otro Eudista que trabajó en Venezuela, el P. Sergio Anselmo Palma Oyarzo, falleció el lunes 15 de julio, a las 6 de la mañana a la edad de 79 años y casi tres meses. Nació el 21 de abril de 1934 en Puerto Porvenir, provincia de Magallanes, diócesis de Punta Arenas, al sur de Chile. Estudió con los Padres salesianos en Magallanes y en 1950 ingresó al Seminario de San Pelayo de Talca dirigido por los Padres Eudistas a cuya congregación se incorporó en 1955, haciendo sus estudios superiores eclesiásticos en Colombia. Ordenado presbítero el 8 de julio de 1962 en la capilla de Valmaría por Mons. Germán Villa Gaviria, arzobispo de Barranquilla. Se especializó en teología bíblica en el Instituto Católico de París. Ejerció su ministerio en diversas casas Eudistas en Colombia hasta 1980, cuando fue enviado a Chile para trabajar por la congregación y colaborar en diversas obras diocesanas.

En 1994 vino a Mérida como profesor del Seminario San Buenaventura, hasta el 2001 en el que pasó a Caracas hasta el 2007. Ante las dificultades del gobierno para renovar sus papeles pidió reingresar a la provincia de Colombia donde permaneció hasta su muerte. Sus restos reposan en el cementerio de la Casa de encuentros San Juan Eudes en San Pedro de los Milagros, Medellín.

El P. Sergio sirvió a la Iglesia con amor y abnegación especialmente en la obra de la formación de los buenos obreros del evangelio, amó entrañablemente la Congregación, se mostró obediente y disponible para la misión y decidió quedarse definitivamente en Colombia, tierra que adoptó como su segunda patria.

Paz a los restos de estos dos insignes Eudistas que dieron lo mejor de sí en la formación del clero venezolano.