In memoriam Mons Rámirez Salaverría

Cardenal Baltazar Porras

In memoriam

 Por: Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo…

Antonio José Ramírez Salaverría, decano del episcopado venezolano, con casi 97 años a cuestas, 74 de sacerdocio y 56 de episcopado, era el último padre conciliar que nos quedaba. Fundador de la diócesis de Maturín, cargado de méritos y gozado de envidiable salud física y mental, a pesar de su porte enjuto que hacía presagiar debilidad que no tenía, entregó su alma al creador en la víspera de los apóstoles Pedro y Pablo, el sábado 28 de junio. Sus restos recibirán cristiana sepultura en la capital monaguense, en la hermosa catedral construida durante su largo pontificado.

Auténtico patriarca de la iglesia venezolana y figura cimera del oriente patrio, Mons. Rampírez fue hombre de una sola pieza; íntegro, desprendido de todo lo material, generoso con todos y preocupado por los más pobres, hombre de oración y de profundo amor a la Virgen bajo la advocación del Valle, fue ejemplo y modelo para sus feligreses y amigos. Abierto a todos, procuró con su buen temperamento y humor atraer a todos a la concordia, al diálogo, al trabajo y a la fe en Jesucristo y la Iglesia, norte de su vida.

Culto y cultivador de lo profano y lo divino, su sencillez y humildad traslucían lo mejor de sus virtudes. Fue para muchos sacerdotes, entre los que me incluyo, testimonio viviente de entrega al ministerio pastoral. Tuve la dicha de gozar de su amistad y aprecio, de su consejo oportuno y de su mano abierta para hacernos beber en su propio pozo. Su envidiable memoria lo convertía en libro abierto, en retrato fidedigno de la Venezuela y de la Iglesia que le tocó vivir, en tiempos y circunstancias disímiles a las actuales.

Accedió, después de muchos ruegos, a que publicáramos una semblanza de su vida y obras, donde se recoge parte del legado que sembró a lo largo de su vida. Su producción literaria y artística queda inconclusa. Dios quiera que se pueda recopilar para que no se pierda la memoria de ese tesoro. La Iglesia venezolana da gracias a Dios por este servidor bueno y fiel, testigo y protagonista de la fe en el siglo XX, ejemplo para las generaciones actuales y futuras. Descanse en paz.

32.- 30-6-14 (2170)