La Ciudad en la Radio cumple su mayoría de edad

Lunes 10 de septiembre de 2001. Un sol radiante, un cielo azul y luminoso engalanaban a Mérida en ese entonces; una de esas mañanas de clima templado y agradable ambiente en las que nos induce a ser feliz, muy feliz. Ese día, también la emisora de la Universidad de Los Andes ULA 107.7 estrenaba un programa con características diferentes a lo que había sido su estilo musical. En efecto, hacía su aparición “La Ciudad en la Radio”,conducida y dirigida por Leo León, periodista, reportero gráfico, y bombero, quien aceptó la propuesta de dos visionarios: Genry Vargas, rector de la ULA en ese momento y Carlos Páez, director de la radio.A fin de crear un programa de corte informativo y de opinión, como lo dijera en su momento el rector Vargas, ante algunas voces de protesta que surgieron en contra del proyecto. Ese día –recuerda Leo León– el profesor Genry Vargas de manera muy contundente informó: “Es una oportunidad extraordinaria para que la universidad enganche y sea un vaso comunicante entre la ULA, la ciudad y su gente”.

Hacerle una entrevista a Leonardo León, no es una misión fácil. Leo está ocupado desde la madrugada de todos los días, redactando su acostumbrado resumen de noticias, trabajando en su periódico digital:Comunicación Continua, atento a lo que es el devenir informativo dentro y fuera de nuestras fronteras y si el clima lo permite, practicar su deporte favorito. Pero, era su voz la que necesitábamos escuchar para conocer un poco más de La Ciudad en la Radio, que hoy está cumpliendo su mayoría de edad.

– ¿Cómo nace la Ciudad en la Radio?

La Ciudad en la Radio nace, después de una pausa, de un programa llamado “La hora de los Vecinos” que se transmitía por Radio Cumbre, en horario vespertino. Comenzaba, para mí, una transición de reportero gráfico, sin dejarlo, a hacer radio; viniendo de ser operador. Ese programa duró aproximadamente 8 años y era netamente de acción comunitaria. Había tomado algunas decisiones paralelo a mi retiro del Cuerpo de Bomberos, quería transformar situaciones personales y profesionales y, estando en Colombia recibo la llamada del profesor Genry Vargas, rector de la ULA y de Carlos Páez Cacique , director de la radio ULA FM, para ese momento. «Me piden un proyecto para hacer un programa de corte informativo y de opinión. La idea me gustó, y en cuanto regresé de mi viaje, presenté la propuesta y surgió el nombre:“La ciudad en la Radio” que acrisolada lo que en realidad se quería: vincular a la comunidad merideña con la universidad. El objetivo era propiciar el intercambio de ideas, la participación de grupos estudiantiles, profesionales, y de la comunidad en general. En fin, que la ciudad tuviera voz».

«Quiero hacer un reconocimiento público al ex rector Genry Vargas, al profesor Julio Flores M, vicerrector administrativo, y por supuesto a Carlos Páez Cacique por el respaldo y la confianza que recibí de ellos».

–El día martes 11 de septiembre ocurre uno de los hechos más impactantes para el mundo entero: el ataque contra las Torres Gemelas de New York. Tal suceso coincidió con el segundo programa de la Ciudad en la Radio, ¿cómo enfrentó este acontecimiento?

–Con mucha confianza –responde el periodista. Por casualidad, comienzo a ver las imágenes en un televisor, y creo, en un principio, que se trata de una película, cuando nos percatamos junto a mi operador de que lo que está sucediendo es la pura y aterradora realidad. Era “una noticia en pleno desarrollo”. Entonces, con serenidad,empiezo a narrar lo que está pasando. La sintonía fue máxima. En los equipos de los negocios, se escuchaba la cobertura que estábamos realizando en ULA FM. Pude entrevistar a personas en New York, y también en otras partes del mundo que relataban con angustia los sucesos.

–Leonardo León, confiesa que este ataque lo afectó mucho no solamente por lo que estaba ocurriendo sino por las imágenes dolorosas de muchos compañeros pertenecientes al Cuerpo de Bomberos de NY, muertos.

–Y yo –explica– como bombero me sentía dentro del traje de auto contenido que es el equipo de respiración de apoyo para entrar en los incendios, como si fuera uno de ellos. Me causó mucha tristeza.

–Leonardo León, pocos meses antes del atentado, había participado en un curso de entrenamiento especial con el Cuerpo de Bomberos de New York. Visitó el World Trade Center (Centro Mundial de Comercio) un complejo de edificios en Bajo Manhattan, Estados Unidos, que incluía a las emblemáticas Torres Gemelas, desaparecidas por la violencia terrorista – Esos colegas fueron muy atentos conmigo y recibí de regalo, una gorra, que conservo con orgullo. Me la puse el día miércoles, después del atentado, en señal de respeto y honor a los caídos.

– ¿Cómo se maneja la emoción, eso de sentirse triste o apesadumbrado por los eventos que están ocurriendo y continuar ante un micrófono relatando la historia?

–Eso me lo ha dado la propia experiencia como ser humano. Yo soy hijo de un mecánico y de una enfermera quienes desde muy pequeños nos enseñaron, a mis hermanos y a mí, a estar con la gente y a enfrentar situaciones por más adversas que fueran. Además, el reporterismo gráfico nos lleva a tener que ver cosas muy dolorosas y uno debe aprender a no perder la compostura; o cubres la noticia o te comportas como una persona afectada. Y si estás en estas lides, debes trabajar, aun cuando eso no quiere decir que se pierda la sensibilidad ante el sufrimiento del prójimo.

– ¿Por qué la Ciudad en la Radio es el programa donde la Radio se ve según afirma su slogan?

–La radio es el medio de comunicación donde la acción de la palabra es acción de vida, insisto en esto. Los que hacemos radio, como los que la transmitimos a través de un texto, lo que hacemos es trabajar por la vida, por la libertad, por resolver problemas, por lo humano. La radio es el medio de comunicación gratuito que está al alcance desde los neonatos hasta los ancianos, porque el que está en el vientre, está oyendo radio, pero además siempre pensé en el ciego, en el invidente. Los ciegos no pueden ver la televisión, las imágenes, pero la mayoría si puede oír, y por esa razón trato de inculcarle a mis pasantes un estilo de periodismo donde la descripción de los ambientes  sea primordial. Hay que ampliar las respuestas a las cinco preguntas básicas del reportero, para que el que no puede ver, logre captar: colores, sabores, aromas, clima. Los detalles son fundamentales en la narración.

Contraloría social del ciudadano

La voz de los ciudadanos es importante para que la democracia funcione –explica Leonardo León-. La Ciudad en la Radio es un espacio donde todas las personas que lo deseen, sin distinción, pueden participar. Yo particularmente no censuro, y permito que el que llame por teléfono o el que asiste al programa, hable abiertamente de sus problemas. Algunos días, se forma frente a la entrada a la radio una cola de ciudadanos que quieren exponer su situación ante los micrófonos. Una señora dijo con mucho humor: “Esta es la única cola que me gusta hacer” –refiere como anécdota el periodista.

–La Ciudad en la Radio y usted, han tenido que soportar varias situaciones muy molestas por parte de individuos y organismos a quienes les disgusta la libertad de expresión, ¿cómo ha manejado este tipo de circunstancias?

–Con mucha paciencia, porque en verdad hemos recibido críticas, ataques severos, amenazas de toda índole, tanto al programa como a mí en lo personal. Nos hemos caracterizado por decir la verdad sin tapujos, no somos complacientes con ningún bando.

-– ¿Y, esos ataques no lo desaniman?

–No. Más bien nos obligan a seguir cumpliendo los objetivos. La Ciudad en la Radio, no especula, no inventa, nos basamos en los hechos y en sus protagonistas. No estamos cansados, tenemos coraje para seguir pese a las adversidades

La Ciudad en la Radio es ya un programa de referencia, incluso a nivel internacional, ¿qué puede comentar al respecto?

–Sí, hemos tenido grandes satisfacciones y reconocimientos a la labor periodística que desarrollamos. El solo hecho de cumplir 18 años en el aire, interrumpido muy pocas veces, significa que nuestro trabajo ha sido intenso y advertido. Durante todo este tiempo hemos contado con excelentes editorialistas como el doctor Teodoro Petkoff (QPD), Alberto Garrido, nuestro Cardenal Baltazar Porras Cardozo, Fernando Egaña, el Padre Luis Ugalde y muchas otras personalidades pertenecientes al acontecer político, cultural, científico, profesoral, inclusive –señala Leo León con su típica sonrisa– un día recibimos una llamada del extinto presidente Hugo Chávez, quien nos saludó.

Como es lógico en el diarismo, durante este tiempo, hemos tenido que cubrir todo clase de acontecimientos, algunos muy lamentables como el siniestro del avión Santa Bárbara que enlutó a tantas familias merideñas y la tragedia del Valle de Mocotíes, entre otras, que nos hicieron sufrir mucho. Pero también hemos dado cobertura a los momentos felices vividos en la ciudad, especialmente referidos al turismo, a las colosales nevadas de nuestra sierra, a las tradiciones, en fin a lo que significa vivir en una ciudad como Mérida, y en un país como Venezuela.

La Ciudad en la Radio, enseña y aprende

Cada día que pasa, Leo León se empeña más en hacer que su programa sea una escuela para las nuevas generaciones de aspirantes a ejercer la profesión de periodistas. Ha establecido alianzas con diversas universidades, y sus alumnos pueden, hacer sus pasantías con Leo León y el equipo técnico de excelentes profesionales, que lo acompaña.

–Cuéntenos ¿cómo ha sido la experiencia como guía y profesor de estos estudiantes?

–Efectivamente–dice Leo León–La Ciudad en la Radio comenzó a aceptar estudiantes de diferentes escuelas de Comunicación Social del país para formarlas. Yo, incluso, he recibido gente con problemas de salud que no eran aceptados en otros medios, al  igual que en Comunicación Continua, prensa digital. Algunos jóvenes pasantes que tenían dificultades con el lenguaje recibieron apoyo y terapia para mejorar sus condiciones, que si bien no en todos los casos fue completa, tenemos la satisfacción de haberles dado la oportunidad de aprender, reforzamos su autoestima y entendieron que, sí podían, con esfuerzo y constancias, lograr sus metas. Y aunque fuimos criticados por algunos gremios, eso no nos importó porque no podemos apartar a la gente que tiene necesidades especiales. Debo decir, que,  incluso ya hay algunos de estos jóvenes graduados y ejerciendo. He tratado de enseñar lo que sé sobre nuestra profesión y también he aprendido mucho de cada uno de ellos. Es una experiencia satisfactoria.

Cuando llegan las vacaciones escolares, aparecen en La Ciudad en la Radio, las hormiguitas, sí, así se les llama a los niños y niñas que Leo León invita a su programa para que lean cuentos y se familiaricen con la producción radial.

-¿De dónde y por qué nace la idea de las Hormiguitas?

–Porque me parece importante que los más pequeños aprendan que la palabra es libre, y que debe ser utilizada para expresar lo que sentimos y deseamos de la mejor forma posible. Esos niños, en su más tierna edad, se sienten bien, vencen el miedo escénico, se arriesgan y leen sus cuentos, incluso,  leen hasta algunas noticias. De igual manera, estimulamos la lectura que es un factor fundamental para la formación integral de los seres humanos. Y, estoy seguro, que esas, hormiguitas serán potencialmente, grandes comunicadores.

–Si por alguna circunstancia, externa o interna, su programa cerrará, ¿qué haría Leo León?

–Eso ya lo tengo resuelto –explica Leo– con una expresión que no deja lugar a dudas. Sé que nada perdura para siempre, y yo me iría a cualquier plaza, o lugar público, pondría mis equipos y haría un programa como a mí me gusta, con la gente y para la gente.

Así es José Leonardo León Avendaño, el productor de la Ciudad en la Radio, el reportero que cargó durante mucho tiempo su filmadora en el hombro trabajando para Venevisión. El popular, Gochito, como lo llaman cariñosamente sus colegas de El Nacional donde ejerció la corresponsalía durante varios años. El fotógrafo al que le gusta captar la vida con sus claros y oscuros. Un quijote de la comunicación que se enfrenta con mucho valor diariamente a los molinos de viento de las críticas destructivas, a los chimes de pasillo, a la incomprensión. Admirado y querido por muchos, adversado por otros tantos. Leo León, el amigo generoso, leal, el hombre de carácter fuerte y en ocasiones irreverente; el periodista que no quiere premios, quien se conforma y se conformará siempre con el cariño y el respeto de los ciudadanos que están muy atentos cada mañana, cuando son las 10 am, para escuchar su saludo: “No podemos abandonar la esperanza”. Y su acostumbrado: ¡Arriba Corazones!

¡Felicidades y que sigan los éxitos!

Texto: Arinda Engelke.

Edición y corrección: Profesora María Luisa Lázzaro