La contienda sí paga

Por: Fernando Luis Egaña

 El 14-A está demostrando sin lugar a dudas que la contienda política a fondo, con firmeza y sin medias tintas, produce mucho mejores resultados que la llamada “estrategia” de la no-polarización, y sobre todo que es el camino justo y correcto de la lucha para superar el despotismo.

El candidato Henrique Capriles Radonski se empleó con dedicación en esa tarea durante la breve campaña electoral, reiteró la misma disposición al denunciar la actuación del CNE, y el conjunto del país espera que se prosiga ese ánimo combativo desde la coalición opositora.

Esta página no se puede pasar, sino al contrario debe seguirse escribiendo en ella. El conteo de todos y cada uno de los votos es necesario, pero también lo es la denunciación de todo el sistema de fraude estructural o de condicionamiento ilegítimo de resultados, que el oficialismo rojo ha montado en el Estado partisano, incluyendo a mandos decisivos de la FAN.

Ese sistema de campaña hegemónica ha sido una de las claves del dominio despótico que, sobre todo a partir de ahora, debe exponerse al país y al mundo tal cual es: una burlería de la democracia en nombre de la democracia pero al servicio de una satrapía. Y no importa lo que digan los “acompañantes de Unasur”, porque eso es parte principal del truco o la simulación.

Así mismo, el 14-A ha confirmado que la perdida del hegemón afecta seriamente a la hegemonía. En particular porque aumenta la percepción de la crisis generalizada. No sólo porque la crisis esté empeorando, sino porque se nota mucho más, ya que se carece de la capacidad persuasiva del ex-presidente Chávez para distorsionar la realidad, haciendo parecer lo malo, bueno y viceversa.

Y encima, a Nicolás Maduro se le alebrestan todos los frentes internos que la operación sucesoral había logrado contener un tanto. La noche del 14-A se le abrió su caja de Pandora y el primero de los espectros que salió tenía la cara de Diosdado Cabello. El primero de innumerables… En el denominado “chavismo sin Chávez” ya la procesión no irá por dentro sino destapada por todos los recovecos, ministerios y cuarteles.

Y si bien es cierto que en dos oportunidades anteriores, cuando la victoria del “no” en el referendo de la reforma constitucional de 2007, y cuando la mayoría electoral opositora en las elecciones legislativas del 2010, los referidos triunfos se fueron desdibujando por el avasallamiento subsiguiente de la hegemonía, en esta ocasión la historia no deberá ser la misma.

Al contrario. Puede ser una historia nueva y distinta. Una que ofrezca fundada esperanza y que vaya abriendo la senda de la reconstrucción de Venezuela, de su democracia, de sus oportunidades de verdadero avance económico y social.

Y esta historia posible tiene que ganarse con el empuje de la lucha, por que si bien el despotismo está golpeado, aún permanece en el poder del petro-estado, así sea “mientras tanto”. La contienda debe redoblarse y darse cada vez con más fortaleza y amplitud. Tengamos presente: la contienda sí paga.

flegana@gmail.com