La crisis en Venezuela también afecta a las “caimaneras”

Se viene La Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018 .Esta edición del evento se realizará en Rusia entre el 14 de junio y el 15 de julio de 2018, siendo la primera vez que un país de Europa Oriental organiza el campeonato .Con su llegada la magia envolvente de ese maravilloso deporte toca y contagia a todos los sectores de la vida cotidiana .Durante dos  meses, hablamos de fútbol, desayunamos fútbol, soñamos con el fútbol. Al igual que observaremos partidos clásicos, también llegan esos artículos, también clásicos,  que siempre acompañaban como documentación histórica esta magnífica fiesta deportiva, como por ejemplo el famoso álbum del mundial que ya constituía una tradición, sobre todo en los niños y jóvenes que salían a comprar dicho álbum y empezaba el intercambio y adquisición de “barajitas” . Lamentablemente, este mundial no estará acompañado por esta actividad, al menos en Venezuela,  ya que los precios para conseguirlosson tan altos que excedería cualquier presupuesto, y una vez más, solo un poder adquisitivo alto podría costear esteesparcimiento. La conocida expresión:” ya la tengo,  me salió repetida, te la cambio”, será prácticamente imposible, “por ahora”.Álbum PaniniRussia 2018 + Caja De 104 Sobres/520 Barajitas Bs 23.500.000, segúnofertas de venta.

La hiperinflación descontrolada, también ha afectado de manera contundente las aspiraciones e inspiracionesmundialistas de todos los que, pateando o haciendo dribles con un balón; sueñan secretamente con ser alguien destacado en esas grandes canchas que aparecen por televisión. Y… es que todos los niños, en su momento, han anhelado jugar futbol profesionalmente.

Desde siempre el futbol ha sido uno de los deportesmás económicos de “jugar”, en teoría solo se necesitas un balón, y unos zapatos adecuados. La suma de estos dos artículos podría fácilmente llegar, en las condiciones actuales, a 15 millones de bolívares, cantidad que margina a los sectores menos favorecidos de la población .El colapso económico  que nos atormenta ha  convertido al fútbol en un deporte tan costoso como en un tiempo pudiera haber sido el Polo o la fórmula 1.

Adiós a las caianereas

Una «caimanera», en nuestro país,  es un juego de beisbol o fútbol callejero, improvisado, no oficial, por lo general sin árbitros, sino que entre los mismos jugadores dan las sentencias. Por lo general se juega en las calles, en los patios de los colegios, en canchas prestadas o alquiladas.Cerca de los mundiales, las caimaneras se intensificaban, los muchachos de barrios populosos se ponían de acuerdo y pasaban momentos divertidos. Hoy el balón más barato cuesta aproximadamente,800 mil bolívares y los guayos oscilan entre 6 y 4 millones .Entonces, cabe la pregunta ¿cuántosniños y jóvenes de El Arenal, San Jacinto, pueblos del sur,El Vigía, por nombrar solamente algunos, pueden tener unos zapatos para jugar fútbol? Esta situación es muy lamentable, porque sabemos que el deporte es una actividad sana, que aleja de los vicios, que fomenta el trabajo en equipo, en fin debería ser una prioridad, como lo es en otros países. Desearíamos conocer qué se está haciendo desde el gobierno regional para estimular el deporte y estamos abiertos a recibir esta información para poder darle la cobertura necesaria.

Carlos Pérez, tiene 15 años. Su pasión es el fútbol y está muy feliz porque pronto llegará el mundial. Con una sonrisa franca y con cierta modestia nos dice: Yo soy bueno jugando fútbol, por lo general hago de portero,pero tengo un problema, mis guayos, están muy gastados y me resbalo mucho durante los partidos, pero mi mamá no puede comprarme otro par porque están carísimos, ella trabaja en una panadería, y no le alcanza el sueldo. Los voy a remendar otra vez, pero voy a jugar. Al lado de Carlos está Pedro, un negrito precioso con unos dientes blanquísimos, él también interviene y nos cuenta:” nosotros, todos los amigos, hace dos años, hicimos una vaca y compramos un balón, estaba usado pero en buenas condiciones. El pobre balón-señala-ya perdió hasta la forma y es el único que tenemos. No sé qué vamos a hacer en este mundial para poder jugar.

Tal vez, y a pesar de las dificultades, el espíritu competitivo del fútbol, apasionante y emocionante,logre sortear las dificultadeseconómicas, o quizás sea el ingenio de los niños y jóvenes venezolanos el que les permita “jugar sus caimaneras”, así sea con zapatos corrientes, que no es lo adecuado, y con balones remendados de actividades pasadas.

Otro aspecto que no podemos pasar por alto es que nuestros niños y jóvenes no se están alimentando bien y esa es una razón suficiente para que el rendimiento tanto deportivo como intelectual no sea  el requerido para las exigencias de los deportes.

De todas maneras el fútbol llenará nuestras vidas durante dos meses y ya veremos cómo, en este país, sumido en las dificultades, lo enfrentará.