La crónica menor: Centenario Padre Ezequiel Arellano

Cardenal Baltazar Porras

Por: Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo…

En el presbiterio de la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria de Bailadores reposan los restos del Pbro. Dr. Ezequiel Arellano Acevedo. Nació en la Otrabanda del mismo pueblo el 6 de enero de 1838, hijo de Don Juan José Arellano y Doña María Antonia Acevedo, laboriosos y virtuosos hijos de la villa. Las primeras letras las aprendió con el maestro Martín Nicanor Codina y a los catorce años ingresó al Seminario Conciliar de Mérida (1852-54), el trienio filosófico culminado en 1857, coronando sus estudios teológicos en la facultad de ciencias eclesiásticas de la Universidad de los Andes donde obtuvo el doctorado el 31 de agosto de 1862. Recibió el título de su paisano, Rector y Gobernador, el Dr. Pedro Juan Arellano.

Las órdenes sagradas las recibió de manos del Obispo Juan Hilario Bosset: las cuatro órdenes menores (1860), el subdiaconado (1861), diaconado (1862) y el 20 de septiembre de 1862 la ordenación sacerdotal, celebrando su primera misa solemne en su pueblo, Bailadores, el 8 de diciembre de ese año. Ejerció su ministerio, primero como cura coadjutor en Pueblo Nuevo del Sur (1863-64), alternando con obligaciones docentes en derecho canónico en el Seminario de Mérida. Fue párroco de Zea (1865-68), de Táriba (1868-88). A partir de 1888 y hasta 1897 fue nombrado Vicario Foráneo de San Cristóbal, siendo así el representante directo del obispo en el vasto territorio tachirense dependiente entonces de Mérida. En ese lapso fundó dos escuelas primarias.

En 1897 es nombrado cura párroco de su pueblo natal, Bailadores, donde desarrolló una amplia labor evangelizadora y de promoción humana. En 1902 fundó el Hospicio Santa Teresa de Jesús para niños pobres en el sitio conocido como La Capellanía. Publicó unas hojas mensuales como los nombres de “La Abeja”, “El Galerín” en una pequeña imprenta instalada en la casa parroquial. En 1909 pasó de nuevo al curato de Zea con atención a Yegüines hoy San Simón. En esta población prosiguió con la publicación de una hoja con el nombre de “El Aspirante”.

Cargado de años, a partir de 1912 volvió a su pueblo natal como adscrito a la parroquia pero sin la responsabilidad parroquial. Allí junto a su familia y feligreses celebró sus bodas de oro sacerdotales, ampliamente reseñadas en el Boletín Eclesiástico. El 9 de marzo de 1916, hace exactamente un siglo, a los 78 años de edad, expiró, recibiendo la admiración, cariño y oración de quienes lo conocieron y trataron. En 1998 la Cámara Municipal de Bailadores lo incluyó en la Galería de Hijos Ilustres del pueblo y develó un óleo con su retrato. Fue el Padre Arellano uno de los muchos sacerdotes del clero emeritense que han brillado por su sapiencia, virtud y servicio al prójimo.

13.- 3-3-16 (2786)