La dolarización consentida de la economía

Por: Germán Rodríguez Bustamante…

La dolarización es el proceso por el cual un país adopta, de manera oficial o extraoficial el uso de la moneda estadounidense para su uso en transacciones económicas dentro del país. Puede ser adoptada como moneda de curso legal exclusiva o dominante, perdiendo o cediendo parte de soberanía monetaria. Muchos economistas han expresado que la solución de los problemas que vive el país, es la dolarización de la economía.  Entendiendo que la dolarización funciona, porque restringe el gasto del Gobierno, ya que este no puede acudir al Banco Central para financiar su déficit.

Lo cierto es que hoy día, tal y como lo ha dejado en evidencia el apagón eléctrico, las restricciones en las operaciones de pago electrónicas y virtuales, en la mayoría de las ocasiones, incluso para compras tan comunes como un cartón de huevos, a muchas personas les ha resultado más fácil pagar con dólares o cualquier otra moneda e incluso cosas (otras mercancías) que con bolívares. Los procesos hiperinflacionarios suelen conducir hacia dolarizaciones de forma más o menos “espontánea”. No estamos hablando solamente de un dolarización de facto o por la vía de los hechos, que en efecto y de forma “pública, notoria y comunicacional” se viene dando en Venezuela, sino que estamos haciendo referencia a una dolarización de derecho, en el sentido que se haga vía decreto por las autoridades monetarias y políticas respectivas. A pesar que la Tiranía descarta la dolarización como política monetaria, en la practica la tolera permitiendo que las operaciones de intercambio se realicen en moneda extranjera, entiéndase dólares y pesos. Podemos observar la inutilidad de la estructura bancaria actual, para servir como medio para perfeccionar los intercambios. Las operaciones en moneda extranjera ocurren fuera de los bancos, en consecuencia las evasiones fiscales y parafiscales son más que evidentes.

Hasta el 2012 Venezuela estuvo en el top 20 de los países, de los cuales la gente enviaba remesas, lastimosamente a partir de esa fecha la situación se invirtió. En este momento somos un país, en el cual una parte importante de sus habitantes sobreviven gracias a las remesas enviadas por sus familiares en el extranjero. Teniendo en cuenta que en estos años desgraciados de revolución, la nación ha exagerado su orientación hacia la importación, la formación de precios no se hace únicamente en bolívares sino en divisas también. Inconscientemente el consumidor al momento de decidir el gasto, apela al cálculo en divisas, con la finalidad de optimizar su proceso de compra. No es la guerra económica de dólar today, quien condeno a muerte al bolívar fuerte, ni tampoco la que anticipa la reanimación pulmonar del bolívar soberano. Por el contario son las políticas monetarias implementadas por el BCV que han llevado a la destrucción del signo monetario en el país.

En medio de todo esto, la Tiranía ha venido flexibilizando las condiciones que permiten realizar un creciente número de transacciones financieras y comerciales en dólares, algunas directamente como el convenio cambiario N° 33 que dictó las normas para las operaciones en divisas en el sistema financiero nacional, en el   N° 36 que permite cobrar en dólares los servicios internacionales que prestan las operadoras del sector turismo y la derogación de la ley de ilícitos, lo suficientemente ambigua como para dejar la laguna con respecto a la posibilidad de pagar cualquier cosa con divisas. Otras lo han hecho de forma indirecta, con  todo lo referido a las criptomonedas, que por la vía de hecho ha cooperado al desplazamiento del bolívar como moneda de curso legal. Es decir la banda en el poder ha permitido la utilización de la divisas, para optimizar su proceso de saqueo de las arcas de la nación.

En estos días de apagón eléctrico ha quedado  en evidencia, que el dólar ya circula abiertamente en los comercios de las ciudades y pueblos casi tanto como los bolívares. No se trata ya solamente de que las operaciones se calculen en dólares, lo que tiene rato pasando y es un efecto directo de la hiperinflación. Y tampoco que al ahorrar la gente abandone los bolívares y se vaya a los dólares u otras divisas y criptomonedas, lo que también tiene rato ocurriendo, sino que ya en la función más simple de las monedas, de servir de medio de intercambio, es decir, para pagar y cobrar, el dólar tiene ahora tanta presencia como los bolívares.  Lo más probable en el corto plazo, de seguir las cosas tal como van, es que se profundice más las desbolivarización de la economía venezolana, es decir que nuestra moneda de curso legal siga siendo sustituida tanto por el dólar de los Estados Unidos como por otras monedas, entre ellas el peso colombiano y el real en las respectivas fronteras con Colombia Y Brasil. La Tiranía no tiene forma ni manera de resolver la desgracia producida, podrá continuar en el festín de la dolarización resabiada, para favorecer los intereses de las elites, en detrimento de las grandes mayorías. Ellos sobreviven y disfrutan de todo tipo de exquisiteces y lujos en divisas, mientras la gran mayoría estamos condenados a muerte en bolívares. Pareciera que la destrucción gestada por la revolución en el tamaño de la economía, la implementación de la dolarización pudiera ser más sencilla de lo que pensamos, y es por ello que el vocero económico de Trump habla de un esquema de recuperación económica, incorporando ese elemento, obviamente luego de la salida de Maduro del poder.   

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