La eterna espera por el transporte público

Montarse en un autobús en la ciudad de Ejido resulta prácticamente imposible, los merideños que frecuentan la ruta Ejido- Mérida y viceversa se ven obligados a esperar por largos periodos de tiempo el transporte urbano y sin tener la certeza de lograr subir a la unidad de transporte.

En la mañana de este viernes cinco de junio las unidades prestadas por las universidades no ofrecieron su servicio, por lo que los ejidenses se acumularon desde la madrugada en las paradas para intentar trasladarse hacia su destino.

Los transeúntes comienzan a dialogar entre ellos buscando información acerca del transporte, se observa a personas llamando por teléfono con la esperanza de que alguien consiga un amigo o familiar que lo lleve al centro de Mérida.

Las pocas unidades que se mantienen activas se llenan en las primeras paradas de la ciudad, por lo cual en muchas ocasiones no se detienen a recoger más pasajeros a menos que alguien se quede en esa parada, lo cual angustia a todos aquellos que miran desde la acera como la unidad en la que podrían subirse pasa sin inmutarse.

A pesar del servicio que presta el Trolebús este no parece ser la solución, las personas que necesitan estar temprano en el casco central de la ciudad deben ir a la parada del terminal de Ejido a tempranas horas, ya que desde las 5 de la mañana  se observan largas colas de personas esperando los primeros transporte que comienzan su jornada a las seis; En las siguientes estaciones entrar a los trolebuses resulta una situación compleja, debido a que desde la primera estación las unidades ya van repletas de personas que se acumulan hasta el punto de ir arrinconados en las puertas.

Por otra parte en las ocasiones en que el transporte urbano se detiene a recoger pasajeros, las personas corren para lograr entrar inclusive empujando o tacleando aquellos que estén más cerca del lugar en donde se detuvo el bus, la cortesía de dejar pasar adultos mayores o mujeres embarazadas parece perdida luego de esperar dos horas o más para llegar a casa, por ello se suben los que mejor ubicados estén.

El riesgo también está presente en esta situación, las personas que logran subir no tienen prejuicios de ir en las puertas, muchas veces con un pie por fuera y sujetos a las ventanas bajándose a relajar los brazos y soltar un poco las manos cada vez que el semáforo esta en rojo; Cuatro y hasta cinco personas en la puerta sin importar genero ni edad es lo que se ve en el día a día en las rutas.

Los ejidenses expresan su preocupación ya que no tienen la seguridad si lograrán llegar a sus trabajos, mientras que en la tarde buscan la manera de ir a sus hogares; conversaciones expresando largas distancias caminadas son cada vez más comunes entre los usuarios, entre los cuales se mantiene la desazón de no saber cuándo se solucionará este problema.     

José Rojas Practicante UNICA–Foto: JR