La Formación de Mentes Emprendedoras en la Universidad

Gerard Paez

Por: Gerard Páez Monzón…

La idea principal de crear universidades en la sociedad mundial fue la de formar individuos conviviendo el discurso alrededor de un maestro, compartiendo y expandiendo así el conocimiento. Estos maestros eran unos pensadores que dominaban simultáneamente diferentes áreas de la Ciencia y Humanidades, debido a su dedicación, orientación, y al poco alcance del conocimiento en aquel entonces. Eran enciclopedias vivientes; más que enciclopedias eran unos sabios que extendían el conocimiento y comprensión de los fenómenos universales, de manera natural cada vez que ejercitaban sus mentes en la búsqueda de una explicación. En esas «universidades» se formaban mentes para la procreación de sabidurías, para la distinción de la lectura, la escritura y la traducción de textos clásicos, para hacerse y responderse preguntas sobre el ser humano y su entorno.

Pasó la universidad de la reflexión a la técnica creando lo masivo. Se proliferaron como si se hubieran alineado con el know-how, formando un embudo por el que saldría un número de máquinas: la máquina de tejer de Hollerith, la mecánica, la polea, el engranaje, las máquinas de calcular de Pascal, de Babagge, el computador, la electrónica, el transistor, la máquina de vapor, la hidráulica, la invención del motor, el automóvil, el avión, el ascensor; y todo aquello que aportó a la masificación en la producción de alimentos, bienes, y soluciones para grandes poblaciones. Creando, como de la nada, la era Industrial. Esto hizo girar la orientación principal de las universidades hacia la formación de mentes estudiosas del hacer industrial.

Esta realidad industrial creó la figura de profesor, pedagogo e investigador, dejando para la historia al Maestro representado en los espacios griegos. Una diferencia de la nueva categoría de quien enseña es que estos individuos dejaron de ser unos pensadores en varias disciplinas, más bien se conmutaron en especialistas de un área de alguna disciplina específica. Se habla de Ph.Ds, de Magisters. Igualmente, el discípulo desapareció y apareció el denominado estudiante. La reflexión fue sustituida por el accionar principal de la explicación de temas, teorías, ó técnicas muy precisas de una manera mecanicista. Esto también transformó el ambiente de ágora en ambiente de salón de clases.

La formación principal de estas universidades fue y es, aún en nuestros días, la de formar mentes del empleo. Nuestras universidades venezolanas son un excelente ejemplo. Toda persona al recibir el título en el Aula Magna piensa de inmediato que su próxima responsabilidad es la búsqueda de un empleo en alguna empresa ó institución pública.

La disponibilidad del Himalaya de información de hoy, en crecimiento perenne de manera exponencial, y la propulsión atómica de los productos tecnológicos en el ensayo y error en la búsqueda de cualquier solución, hacen que estos dos elementos se fusionen cada vez más como una real y fabulosa prótesis al cerebro humano. Esta nueva verdad ha logrado abrir a toda la sociedad mundial todos los caminos que vierten al valle de la complejidad. Es el tsunami que avanza sin mirar, simplemente cumple con la ley física del quiebre del dique que la contenía. Antes, la complejidad era enfrentada, muy selectivamente, por grandes empresas e instituciones. Hoy puede ser enfrentada por todos, especialmente por la juventud que por encontrarse en la primera línea, será su mayor reto.

Las universidades mundialmente empiezan a orientar las formaciones hacia el enfrentamiento de la complejidad ofreciendo soluciones al océano azul de problemas, sin ni siquiera conseguir muchas veces, alguna competencia. La universidad del futuro, se está construyendo hoy al formar mentes que usen más la intuición que el raciocinio pues “la imaginación es más importante que el conocimiento” ante la complejidad. Mentes que tengan la habilidad de la adaptación a cambios bruscos durante la vida profesional o el desarrollo de soluciones. Mentes claras en integrarse e interactuar con un arco iris de herramientas y expertos individuos, localizados geográficamente en cualquier parte del Planeta. Mentes que ofrezcan una alta autoestima para el emprendimiento de soluciones inmediatamente al salir de la universidad. La combinación de la mente de arquitecto para enfrentar la complejidad del problema con la mente emprendedora para el acto de ejecución de mover la idea del papel a la realidad comercial, más la mente con densidad humana que eleve la consciencia a una claridad de solamente permitirse crear valores para la eterna sociedad.

Actualmente en la Universidad de Los Andes existen sinergias en crecimiento, orientadas a la formación para la actual Era de la Complejidad: Centros de Investigación en la Innovación y Mercadeo, entre otros; Estrategias educacionales como la de Reproducir un Ambiente de Innovación en el Salón (RAIS) desarrollando productos en cada asignatura; Golpes de timón al barco universitario por el accionar de individuos emprendedores; Creaciones de «Startups Estudiantiles» antes de graduarse; Cambios curriculares.

@gerardpaezm