Por: Fernando Luis Egaña…
Maduro y sus colaboradores se quejan de que los «medios privados» ocultan su gestión de gobierno… Se trata de un tema infundado al menos por dos razones, pero que de otra manera es notorio por un motivo distinto. En primer lugar, si Maduro se refiere a una «gestión» positiva, pues está radicado en el mundo del delirio, porque su «gestión», si es que lo que él hace y deshace se puede llamar así, es sencillamente catastrófica. Ha empeorado todo lo que ya venía bastante mal. Una hazaña de la incuria y el dolo.
Entonces, como no se puede ocultar lo que no existe, es absurdo plantear que los medios privados o cualquier tipo de medios estén ocultando la nada. En segundo lugar, lo que Maduro y sus colaboradores llaman «medios privados», es decir medios de comunicación de prensa impresa, radio, televisión y redes sociales, cuya propiedad es formalmente particular o no-estatal, ya están en su gran mayoría alineados políticamente con la hegemonía que él representa.
Unos medios porque han sido «comprados» por testaferros de jerarcas de la hegemonía o boliburgueses, otros porque están tan amenazados e intimidados que aplican la auto-censura o la hegemonía comunicacional, y otros porque piensan que poniéndose al servicio del poder van a realizar algunos negocios rentables. De manera que quejarse de los «medios privados», en su gran parte, es prácticamente quejarse de sí mismo.
Pero hay un tercer motivo que sí hace fundado el tema del ocultamiento, aunque por una razón diferente. Y es que en Venezuela, salvo honrosas excepciones, los medios ocultan la grave realidad de la mega-crisis económica, social y política. En especial en lo que se refiere a la corrupción avasallante que es ocultada. No se llega, desde luego, al extremo publicitario de los llamados «medios públicos», pero las informaciones se manejan, en general, con la intención de ayudar a la hegemonía, o en todo caso de no incordiarla.
Por eso se ocultan tantas cosas. La temática militar se oculta. El latrocinio en las mafias del poder se oculta. Los extremos del manejo politizado de los tribunales se ocultan. Los desmanes políticos y patrimoniales de los más poderosos se ocultan. La verdad detrás de tantas transacciones turbias en materia de medios de comunicación se oculta. Todo lo negativo se trata de ocultar, y como lo negativo es casi todo, por no decir que todo, pues todo se tiende a ocultar.
Lo que no significa, claro está, que la hegemonía tenga pleno éxito en el ocultamiento. Pero presumo que no es poco lo que consiguen ocultar. Cuando los venezolanos lleguemos a tener una información cabal de la catástrofe, de la denominada “gestión”, la indignación será insuperable. Esperemos que ello sea más temprano que tarde.
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