La “ñinguita” nueva forma de medida en Venezuela

La “ñinguita” nueva forma de medida en Venezuela

Ñinguita es una expresión netamente criolla, muy venezolana que significa “muy poquito”, y esa es, justamente, la medida que estamos usando en cualquier lugar de nuestro país para expresarnos en cuanto a la cantidad de “algo” que necesitamos en la vida diaria. Debido a las difíciles circunstancias económicas que atravesamos y dónde todo, absolutamente todo, cuesta un montón de reales (soberanos), a los habitantes no nos ha quedado otros remedio que usar la “ñinguita” para saber cuánto debemos destinar de este o aquel artículo y así poder estirar lo más posible los productos que con mucho esfuerzo hemos logrado adquirir.

Ya es común escuchar expresiones tales como: “usa una ñinguita de pasta dental, o dame una ñinguita de queso. Tráeme una ñinguita de azúcar para este cafecito. “No te pases con las verduras para la sopa, échale un ñinguita de cada una. El ahorro en “ñinguitas” puede significar que a la larga estaremos rindiendo más nuestras cosas. Lamentablemente, pasó el tiempo de la abundancia, donde comprar un dentífrico o un desodorante era “normal y lógico” y lo usábamos sin restricciones, y de acuerdo a los requerimientos del aseo personal, pero ahora, “otro gallo canta” y hay que disponer de dinero, y bastante,  para adquirirlos, por tal motivo la “ñinguita” se ha impuesto como la medida más recurrida. Ni  qué decir de aquel perfume fino, que nos gusta tanto y que ahora atesoramos “para que no se gaste”, con el cual celebrábamos acontecimientos especiales, un encuentro amoroso, una cita de negocios, o simple y llanamente para oler rico. Nada que ver. Nos ponemos una “ñinquititica”, así de chiquita, para ver si  nos dura más, porque lograr un perfumito o al menos una colonia, es una misión imposible, un lujo que ya, la mayoría,  no nos podemos dar. Las carteras están vacías y lo poco que conseguimos es, para comer.

Es una lástima que los dueños de charcutería en general, todavía no hayan adecuado sus básculas para vender en “ñinguitas”: quesos, embutidos, mortadela, entre otros  porque así, al menos, la gente podría hacer su compra en “ñinguitas”, a las cuales se les asignaría un valor en nuestra moneda y como la “ñinguita” es muy poquito de algo, tendría un precio mucho menor a los actuales, que a decir verdad, andan por las nubes o más allá.

Una señora que llegó a una charcutería, le solicitó amablemente al dependiente que le  vendiera 4  lonjas de jamón, el  encargado la miró hasta con indiferencia y le dijo “así no se vende nada”, tiene que pedir por gramos o kilos. He allí el problema, si la “ñinguita” ya formara parte oficialmente, de las formas de pesaje y medida en Venezuela, la señora,que a leguasse le notaba, que necesitaba comer algo de proteínas, hubiera podido adquirir 4  ñinguitas de jamón y asunto arreglado.

Tal vez suene cómico, pero, mejor diríamos tragicómico, porque definitivamente con la escalada de precios que ha habido, con la usura, el bachaqueo, la falta de escrúpulos de muchos comerciantes y la hiperinflación desatada a diestra y siniestra  se impone la solidaridad, el respeto, incluso el altruismo  que brillan por su ausencia, en este nuestro país donde tener un ñinguita, es decir muy poquito, es la forma de pasar los días.

Arinda Engelke.