La propuesta de Samper

Fernando Luis Egaña…

Ya con las maletas preparadas para dejar la secretaria general de Unasur, el ex -presidente colombiano, Ernesto Samper Pizano, no se le ha ocurrido otra cosa que proponer lo siguiente:»si la oposición abandona la calle y el gobierno la Asamblea Constituyente habría una salida democrática, constitucional y pacífica a la situación que atraviesa Venezuela”… 

Como Samper es un vocero habilidoso de la hegemonía despótica, depredadora, envilecida y corrupta, que todavía impera en nuestro país, es de suponer que tal “propuesta” tiene la aprobación previa de Maduro y los suyos. Y se trata de algo absolutamente inadmisible. El sólo hecho de equivaler la “calle con la constituyente”, como si fueran barajas en una mesa de juego, no tiene consistencia alguna, aunque a primera vista pudiera parecer sugerente a más de un vivo.

Lo que Samper llama la calle, o la protesta masiva y creciente del pueblo venezolano en contra del poder establecido, es un derecho plenamente constitucional que, por cierto, está siendo reprimido de manera barbárica y sangrienta por la hegemonía roja. En cambio, la supuesta constituyente, es una jugada de hora undécima, claramente inconstitucional, que prácticamente nadie respalda en Venezuela.

Si la propuesta de Samper tuviera algún tipo de éxito, la aspiración de cambio democrático quedaría sepultada, y Maduro continuaría destruyendo al país, como lo estaba haciendo antes de “decretar” su constituyente, que por cierto es un elemento destructivo adicional en la trágica realidad venezolana.

Perdería el conjunto del país y sólo ganaría Maduro y su entorno. Por eso Samper propone lo que propone. Pero lo hace con la apariencia de un toma y daca o de una recíproca concesión. No por nada es que la reputación de Samper está tan salpicada de truculencias.

En Venezuela, la gente está en la calle, no por capricho sino por necesidad. Maduro y los suyos bloquearon las salidas electorales en el 2016 –con la activa anuencia de Samper, y tienen sumida a la nación en una espantosa crisis humanitaria, que se agrava día a día. La calle, o la movilización social, o la protesta popular es la más legítima de las iniciativas de un país acosado por un despotismo depredador.

Por todo eso, la propuesta de Samper no debería pasar de allí. Una propuesta con las costuras de una componenda para ganarle tiempo a Maduro y que Venezuela se siga hundiendo en el foso. Al respecto sólo cabe una respuesta: nada que ver, señor Samper.

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