La recuperación económica: el plan fracasado de Maduro

«Yo estoy seguro que va a ser exitoso. Es la misión de misiones, es el programa de recuperación de la estabilidad monetaria, fiscal, de la estabilidad del sistema de precios, recuperación de la senda de la producción y del crecimiento sostenido, sustentable de las fuerzas productivas, de los 15 motores», aseguró Nicolás Maduro el 11 de agosto de 2018 en la sede del Ministerio del Poder Popular para la Defensa, en Fuerte Tiuna, unos días antes de anunciar el plan para la recuperación económica nacional.

Seis días después, Maduro daba a conocer la implementación del programa de recuperación económica conformado por nueve líneas con las que el régimen buscaría acabar, afirmaba, con la guerra económica inducida por actores internacionales que había afectado a Venezuela.

Al cumplirse un año de la presentación de ese programa, todo quedó en el olvido y en fracaso. La crisis económica se ha intensificado en el país. El salario mínimo se volvió agua, los precios continúan aumentando sin control, la producción nacional sigue en declive y los ingresos petroleros van mermando.

 

Faraco explicó que el régimen de Maduro no ha seguido una dirección que le permita controlar el desmedido y creciente desorden fiscal, que facilitaría que la economía venezolana no continúe por la vía de destrucción a la que la han llevado dos décadas de revolución.

Lograr un equilibrio fiscal y presupuestario

La primera línea del plan de recuperación económica de Maduro consistía en establecer el equilibrio fiscal y las leyes tributarias. Alejandro Cáribas, economista y ex superintendente de bancos, señaló que el régimen ha omitido la publicación de créditos adicionales y cifras referentes a los ingresos, gastos y endeudamiento en las que se asienta el presupuesto anual de Venezuela.

Recordó que en 2016 Maduro presentó el presupuesto anual ante el Tribunal Supremo de Justicia y los tres años posteriores ante la asamblea nacional constituyente, pero sin la información detallada que se requiere para ese instrumento esencial de la política económica nacional.

“La presentación del denominado Plan Operativo Anual o Ley de Presupuesto Anual ante una instancia distinta a la prevista en la Constitución, además de ser inconstitucional, genera elementos contundentes de opacidad evidenciados por la publicación incompleta de las partidas y cifras que conforman los ingresos, gastos y endeudamiento, así como la ausencia de premisas fundamentales como las estimaciones del Producto Interno Bruto, tasa de cambio, inflación, producción petrolera y precio del petróleo”, explicó.

Aseveró que la producción diaria de petróleo continúo en declive sostenido durante el primer semestre del año, con poco más de un millón de barriles en enero, mientras que en junio descendió a 734.000 barriles diarios, que enfila hacia un déficit presupuestario para 2019.

“En esa misma orientación, el Producto Interno Bruto continuará la senda del decrecimiento, estimado entre 18% y 25%, lo que originará una caída en la recaudación fiscal, principalmente del Impuesto Al Valor Agregado que es el más significativo de los tributos no petroleros”, indicó.

 

Señaló que pese a que la inflación en Venezuela experimentó este año una desaceleración en relación con 2018, todavía sigue siendo muy elevada, aspecto que ha incidido en el descenso de la demanda y que también colabora a la pérdida de los tributos internos.

“La incontrolada indisciplina fiscal atenta contra los resultados esperados con las severas medidas de política monetaria que el BCV ha puesto en práctica a través de la drástica subida del encaje legal, como ocurrió en el pasado julio, en el cual la inflación subió nueve puntos porcentuales respecto al mes anterior para ubicarse en 33,8%, que de continuar la generación de dinero inorgánico, pudiera retrotraer la inflación a cifras vistas en 2018”, añadió.

Recapituló que ante los datos expresados y a pesar de la escasez de transparencia que ha caracterizado el presupuesto anual 2019, Venezuela está frente a una estimación que se mostró bajo la meta de déficit fiscal cero, pero la realidad evidencia todo lo contrario: otro presupuesto anual deficitario en la cuenta del régimen.

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