Este viernes se realizó la conferencia “Desigualdad social y crisis”, dictada por el doctor Luis Pedro España, ex director del Centro de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello, quien presentó los resultados de una encuesta social realizada por la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Simón Bolívar y la Universidad Católica Andrés Bello, en la cual se comparan los resultados con la última encuesta similar hecha en Venezuela en 1998.
Esta encuesta no solo mide situaciones extremas, desde el punto de visto social, como lo puede ser la pobreza, sino condiciones de vida en general como por ejemplo el acceso a servicios y otros temas que en el año 98 eran importantes pero no tanto como lo son en el presente, principalmente referidos a la violencia, por lo que analizaron también la percepción acerca de la inseguridad, entre otros temas.
“Cada uno de esos módulos fue coordinado por un conjunto de profesores de estas tres universidades y los hallazgos más importantes indican como resultados, que lo que se mejoró gracias al boom petrolero que vivimos entre los años 2004 y 2008, pues ya se diluyó. Fue muy efímera esa reducción de la pobreza, la cual fue coyuntural y hoy estamos en presencia de unos niveles de hogares con dificultades para satisfacer sus necesidades básicas, desde el punto de vista del ingreso, muy similar al que teníamos en 1998”, señaló el profesor España.
Lo grave para nuestro país es que esta encuesta se realizó entre agosto y septiembre del 2014 y ahora en septiembre del año 2015, se realizará una nueva encuesta que medirá las condiciones de vida del país para este año, en la que esperan conseguir una situación peor que la del año pasado, con probablemente un 70 por ciento de hogares con dificultad para satisfacer sus necesidades debido al poco ingreso que perciben.
“El problema es que esta situación se va a profundizar y mantener en el tiempo, probablemente vamos a tener una recesión si no hacemos algo distinto a lo que estamos haciendo en política económica y política social, la misma puede extenderse con toda facilidad hasta el año 2017. Si esto es así, pues entonces los hogares que están padeciendo, digamos de manera más directa, la caída del consumo, van a empezar a hacer un conjunto de adaptaciones a esa nueva situación, la primera, por supuesto, es reducir el consumo, pero luego van a venir un conjunto de decisiones que son más estructurales, por ejemplo, que los muchachos dejen las escuelas, que las señoras que se dedican a actividades del hogar, a cuidar a sus familiares de la tercera edad o con alguna discapacidad, entonces se verán obligadas a entrar en el mercado laboral, para mejorar el ingreso, lo cual además lo harán en unas condiciones muy precarias, porque son personas que debido a que muy probablemente no tengan experticia su ingreso en el mercado laboral podría ser mucho más mermado. Todo esto hará que en los hogares se incremente el nivel de activos por personas, pero ese incremento va a ser una decisión de corto plazo que compromete a largo plazo”, resaltó el profesor España.
Para finalizar, el profesor España dijo que una de las últimas situaciones a las que podría llegarse en los hogares, es comprometer el patrimonio que hayan podido acumular en los que fueron los años del boom, ya que se verán obligados a comenzar a vender sus “corotos” para poder cubrir las necesidades más básicas. “El hallazgo más importante, no es que tengamos un incremento de la pobreza coyuntural en el año 2014, sino que los años por venir, 2015, 2016 y 2017, parecen ser años de recesión otra vez y si no hacemos nada diferente, eso va a generar condiciones de pobreza estructural, similares a las tuvimos en los años 80 y 90”.
Golfredo Lobo / Prensa ULA / CNP 14.293
Foto Ramón Pico
