Más de 8 años lleva fuera de servicio tomógrafo del Iahula en Mérida

Son aproximadamente 24 mil pacientes que han dejado de hacerse una resonancia magnética o una tomografía en el Hospital Universitario de Los Andes (HULA) del estado Mérida, porque el resonador de 1.5 teslas no tiene helio desde el año 2009 y al tomógrafo de 64 cortes se le dañó el tubo de rayos X.

A la fecha el resonador sigue sin prestar tan importante servicio para una mejor evaluación clínica de los pacientes, a pesar de que reposan decenas de escritos en la dirección del hospital y en el Ministerio de la Salud, en los que se deja constancia de la razón por la cual no sirve el equipo.

En este sentido Reyna Uzcátegui, jefe del Servicio de Tomografía y Resonancia Magnética del Iahula, quien ya tiene cinco años encargada de esa área y en nada han avanzado las diligencias que presuntamente han hecho las autoridades desde que se dañó el resonador.

El pasado mes de mayo, junto a otros colegas, Uzcátegui expuso públicamente la realidad del Servicio que tiene a su cargo y cuatro meses después el panorama es el mismo. No hay resonancias ni tampoco tomografías en el principal centro asistencial de los andes venezolanos.

En cuanto al resonador aseguró que hay informes de antes de que ocupara el cargo y si bien es cierto reconoce que son tomados en cuenta por la dirección del hospital, no es menos cierto que la burocracia y el cambio de ministros en la cartera de Salud ha retardado una acción favorable para poner en funcionamiento el resonador.

El tomógrafo espera por un tubo

Quien requiera una tomografía y acuda al hospital de Mérida esperanzado en el precepto constitucional de la gratuidad de la salud debe respirar profundo, meterse la mano en el bolsillo y sacar cuentas de lo que el servicio cuesta en un centro privado porque desde el año 2014 el tomógrafo de 64 cortes del HULA no funciona.

Explicó Reyna Uzcátegui que al tomógrafo se le dañó el 8 de febrero de 2014 un tubo de rayos X, equipo que tiene una vida útil de 600 mil disparos y a pesar de que desde el año 2013 el ingeniero que realizaba mantenimiento al equipo había alertado de que el mismo estaba por dañarse, hoy día la solución no fue comprar otro tubo, sino parar el equipo.

Dijo la especialista que una vez que en el año 2013 se alertó de que al tubo se le acabaría su vida útil, se dejaron de realizar algunos estudios con el equipo a fin de alargar más la vida del mismo y así poder atender a los pacientes.

“Se llevaron cartas a la dirección del hospital para que canalizara el tubo de rayos X del tomógrafo y desde entonces la dirección ha hablado con todos los ministros pero no hay precisión de que compren el tubo porque cambian de ministro y hay que volver a empezar de nuevo con el informe sobre la situación del equipo”, manifestó Reyna Uzcátegui quien en cierta forma salva la responsabilidad de la dirección del hospital en torno al caso y le adjudica la negligencia al Ministerio de Salud que no da respuesta a la necesidad que existe.

Sólo durante el año 2013 cuando ya se había alertado de que la pieza estaba por quemarse, en la Unidad de Tomografía se atendieron 12 mil pacientes al mes con estudios limitados, toda vez que por la falla no se hacían todos los que se pueden realizar en ese equipo que hace más de una década era el más moderno del occidente del país.

Mientras no hay resonancias ni tomografías en el hospital de Mérida y reposan cartas en el Ministerio de Salud en las cuales exponen reiteradamente la situación de los equipos, los médicos ya no hacen más cartas, sino que protestan por las pésimas condiciones en las que se encuentra el centro asistencial, producto de una crisis que no le permite cumplir con la gratuidad de la salud y mucho menos brindar servicios que en otrora eran de excelencia.