Mérida en vías de paralizarse

La confluencia de una serie de problemas en Mérida se está haciendo cada hora que pasa, más preocupante. La imposibilidad de cargar combustible. Los conductores esperan por horas y hasta días  la llegada de las gandolas, que no aparecen. Un paro de transporte que se extiende y que hasta ahora, las partes involucradas, se mantienen en conflicto. Serios inconvenientes para la distribución del gas licuado; los constantes apagones que tienen a la población sumida en una total incertidumbre porque nadie sabe cuándo se irá la electricidad o cuando volverá y para poner la guinda, la falta de recursos por los bajos sueldos, la hiperinflación, el pecio de los productos por la estratosfera. En síntesis, estamos presenciando la destrucción de un país, sin que podamos vislumbrar que la gravísima situación que confrontamos tenga una solución, a corto plazo. Estamos sumidos en una crisis de dimensiones épicas que abarca cada uno de los sectores de la sociedad.

Desafortunadamente se han desatado los demonios de la corrupción a gran escala, las mafias de la gasolina y de otros productos están haciendo de las suyas. La anarquía, el abuso en las estaciones de combustible, la presencia de “colectivos”, la falta de respeto y el salvajismo entre los propios ciudadanos que, desesperados por las largas colas, arremeten contra quien sea, sin importarles su condición, damas, caballeros de la tercera edad, han sido maltratados por otros que, con la típica viveza criolla, violentan, agreden, menosprecian.

Se supone que hay autoridades que deberían poner orden ante lo que está pasando, pero no se nota su presencia, y supuestamente los mismos militares que custodian las estaciones, en conchupancia con empleados de las gasolineras están cayendo en chantajes y corrupción, entonces, ¿a quién acudir? Es urgente y necesario que los organismos encargados pongan la lupa en estas denuncias y tomen los correctivos necesarios porque la desesperación por la falta de gasolina puede llegar a límites incontenibles.

Este martes 14, Mérida lucía desierta, parecía una ciudad fantasma.Estamos en una contingencia, es decir, “un hecho que se plantea de forma imprevista “y a la cual debemos hacerle frente” porque en estos casos donde toda la población está afectada, lo más importante es tomar medidas en lo personal y en lo institucional para aliviar un poco las tensiones.

Nos referimos, por ejemplo, a las decisiones que le permitan, a usted y a su familia soportar la emergencia sin que su salud emocional o física se vea afectada, porque para nadie es un secreto que el estrés que producen este tipo de realidades, incontrolables, es muy peligroso

Tenemos que ser eficientes ante el colapso. Debemos utilizar todas las herramientas particulares posibles para no permitir que escenarios externos y que no podemos controlar nos afecten.

Hablamos con una profesional de la psicología, quien nos ofreció una serie de consejos que debemos poner en práctica.

  • Si está en una cola para echar gasolina, utilice ese tiempo sabiamente. Lea un libro, resuelva pasatiempos (crucigramas, sopa de letras), haga amistad con sus vecinos de otros carros, converse, oiga música, respire profundo y haga estiramientos.
  • Si piensa pasar muchas horas, incluso la noche, esperando para cargar combustible, y en su  familia hay otras personas que también manejan, túrnense, cada cierto tiempo en la espera, porque no es saludable permanecer mucho tiempo en una situación tan tediosa.
  • Es válido utilizar los mecanismos de defensa que todos tenemos y que nos permiten hacerle frente a tanta incertidumbre. Hay personas que se ponen de acuerdo y llevan sus juegos de mesa, cartas, monopolios, para que las horas de espera sean más soportables.
  • Evite, en la medida de los posible entrar en conflicto con personas agresivas y mal humoradas, que seguro encontrará.
  • -Llévese una merienda, si puede, frutas, y agua.
  • Esté atento a su seguridad, porque personas inescrupulosas, aprovechan las colas para cometer robos.

No es que aceptemos la humillación de vivir bajo estas condiciones deplorables, pero ante la contingencia, debemos prepararnos. Se impone ser resilientes. “La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad. Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos (Instituto Español de Resiliencia). A los venezolanos en este momento de nuestra historia nos toca ser resilientes, porque sabemos que ninguna contingencia por dura que sea, permanecerá.

C.C.