Nietzsche y la crisis venezolana

Por: Ramsés Uribe…

Prolegómenos. Ante tanto drama en nuestro país con todo el penoso carrusel de penurias incansables y cotidianas se han dado múltiples interpretaciones de las causas que originaron este fatídico estado de cosas. También se han prodigado extensos diagnósticos académicos y políticos de gente preocupada por el tema nacional.  Se da por descontado el análisis político, económico y social que es suficientemente conocido, pues, además, aquí se intenta otra hermenéutica distinta, de carácter filosófica, para la reflexión de lo que nos interpela en el día a día.

Doctrina voluntariosa. La filosofía nietzscheana difícilmente puede ser abordada juiciosamente aquí. No obstante puede presentarse precaria e introductoriamente con fines informativos para la divulgación general de su pensamiento. Su sistema de filosofía aunque es del siglo XIX, se considera contemporánea;  es sumamente interesante como contundente ya que alberga un tremendo optimismo ante la vida, es toda una apuesta por la voluntad ante las adversidades de la existencia, asumir con alegría desbordada a pesar de los pesares.  Asimismo,   su terminología audaz, su explicación cruda, las hermosas y literarias metáforas y aforismos empleados, como aquella frase bastante gruesa de, filosofar con el martillo, la hacen única y bastante polémica por los temas tratados sin delicadeza alguna, ni guante de seda, sino con el bisturí de la crítica demoledora, desgarradora e irónica investigación que llega a sus consecuencias extremas, luego del empujoncito de Schopenhauer, el filósofo alemán que inicialmente admiró Nietzsche.

En orientación metafísica, es decir del pensar último, el autor del libro, “Más allá del bien y del mal”, denuncia el sentido trágico de la existencia misma, tal como ya lo había prefigurado el presocrático Heráclito.  Esta teoría nos consuela un poco pues permite explicar en parte el terrible holocausto actual de Venezuela, que sin embargo debe reconocerse como responsabilidad no solo del devenir político e histórico sino también de buena parte de la población.

La lucha frontal del filósofo del gran bigote, contra el pesimismo es más que elocuente, para muestra un pinito de su pensamiento en su obra, “Aurora”, libro quinto, parágrafo 561, titulado, Iluminar la felicidad, segundo párrafo. “El pesimista que da a todas las cosas los colores más obscuros, más sombríos, se vale de llamas y de relámpagos, de auroras boreales y de todo aquello que posee una fuerza luminosa muy viva y hace que vacilen los ojos; la claridad le sirve para aumentar el horror de las cosas y para presentarlas más horribles de lo que son en realidad”.

Su alegría ante la vida sin importar las condiciones de complejidad por la adversidad circunstancial  que es inevitable, le hace plantear una severa crítica axiológica, esto es, una evaluación supercrítica, sin piedad alguna a la cultura occidental y por ende al sistema de valores establecido. Es la denominada crisis de valores. Las costumbres y hábitos tradicionales e incuestionables ahora se encuentran en la bancarrota ética. El tejido de la sociedad se tambalea seriamente. Nietzsche encuentra la solución en la voluntad de poder con un nuevo  orden valorativo, otros valores que sustituyan los decadentes. Fortaleciendo la voluntad se puede lograr ese cometido. Se trata de la famosa trasmutación de los valores caducos por otros nuevos nacidos del consenso de la gente. Esta tarea la debe llevar a cabo un selecto grupo de individuos capaces de tan gigante tarea de recomposición social. Son los superhumanos. No son personas con superpoderes como los de los comics. Son de carne y hueso pero con dones especiales. Por tanto, Peter Parker queda descartado en el hall de los notables nietzscheanos. Podrían incluirse en esa lista suprema de manera preliminar gente como Steve Jobs, el dr. Martín Luther King, Nelson Mandela, Gandhi, Simón Bolívar, por citar algunos pocos notables que hicieron historia. 

En el siglo XXI esta especie exclusiva son los venezolanos, independientemente si están o no en el país, que luchan honestamente por un mejor futuro, contra las adversidades de los últimos años. 

Ramsés Uribe, profesor Nuvm de la ULA

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