Por la calle real: Aristóteles y Bolívar

Por: Fortunato González Cruz…

Les pedí a mis alumnos leer el libro “La Política” de Aristóteles, uno de los grandes clásicos de la filosofía que es básico para comprender el funcionamiento de la sociedad, de la ciudad y del Estado. Es importante para el estudio del Derecho Constitucional porque contiene los fundamentos del pensamiento occidental en cuanto a la naturaleza humana y de la sociedad política. Dice Aristóteles en “La Política” que en la democracia las revoluciones nacen principalmente del carácter turbulento de los demagogos, quienes fácilmente se apoderan de la voluntad popular apelando a la retórica, a la palabra, hablando como aquellos charlatanes que venden cualquier cosa,  la gente los rodea y caen en sus engañosas ofertas.

Hace unos días me puse a observar uno de estos personajes cerca de la plaza Bolívar de Mérida: el tipo colocó una mesa plegable y sobre ella unos frasquitos de colores, una lámina de un cuerpo humano abierto por mitad que dejaba ver las vísceras y los músculos; con esta modesta escena y a pura lengua fue atrayendo gente que le compraba el mágico contenido de los frasquitos, supongo que agua coloreada, pero en la que confiaban los ilusos compradores. A la final el charlatán se queda con el dinero y la gente con la fe en el poder mágico de la poción, que puede ser inocua o causarle al que la ingiera un envenenamiento. Aquel tipo se me pareció mucho a nuestro presidente y la poción a las formulas políticas de la revolución.

Cuando el demagogo es civil –dice Aristóteles- su gobierno será una demagogia y derivará hacia una anarquía. Pero cuando el demagogo es un militar el destino del gobierno de la república será una tiranía (Política, Pág. 218. Austral) Y agrega en la misma página lo siguiente: “Lo que hacía también que fueran las tiranías en aquel tiempo más frecuentes que en el nuestro, era que se concentraban los poderes en una magistratura, como sucedía con el pritaneo de Mileto, donde el magistrado que estaba revestido de tal autoridad reunía numerosas y poderosas atribuciones”.Es lo que hace nuestra Constitución Bolivariana. De manera que aquí tuvimos un demagogo militar revestido de tal autoridad, que reúne numerosas y poderosas atribuciones, y ahora un heredero que ya no tiene siquiera la Constitución ni las leyes como fundamentos que sus actuaciones, sino que la Asamblea Nacional Constituyente le va haciendo las normas a la medida.

El pensamiento de Simón Bolívar es una base de nuestra Constitución como lo afirma el Preámbulo, y su pensamiento tiene mucho de aristotélico puesto que era uno de sus filósofos favoritos, como queda claro en las siguientes frases, muy a propósito de la situación que se vive en Venezuela:  “Un ser sin estudios, es un ser incompleto”. “La dictadura es el escollo de las Repúblicas”. “Es insoportable el espíritu militar en el mando civil” “Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos”. “Cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho”. “Maldito sea el soldado que vuelve sus armas contra su pueblo”. “El sistema de gobierno perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”. “La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. “Un pueblo es esclavo cuando el gobierno, por su esencia o por sus vicios, huella y usurpa los derechos del ciudadano o súbdito”.Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él a mandarlo, de donde se originan la usurpación y la tiranía.”