Por la calle real: La Declaración de Pánama

Fortunato González

Por: Fortunato González Cruz…

25 ex jefes de Estado y de Gobierno de Latinoamérica han sido la voz que ha debido asumir la OEA, una “insulsa” entelequia, para denunciar la quiebra del sistema democrático constitucional que ocurre en Venezuela, y el desconocimiento de la Carta Democrática Interamericana del 2001. Comienza el documento por sustentar el análisis en dicho documento que fue suscrito por Chávez en el 2001. Recuerda que el gobierno de Venezuela denuncia la Convención Americana de Derechos Humanos y sostiene una política de no reconocimiento ni acatamiento de las decisiones y pronunciamientos dictados por los órganos internacionales con lo cual que se aparta del sistema de protección de los derechos humanos y viola lo que se denomina “El Bloque Constitucional” conformado, además del texto constitucional, de esas declaraciones y convenios internacionales.

Señala de manera diáfana la manifiesta la ausencia de independencia de la Justicia, la persecución judicial de quienes manifiestan y se expresan políticamente disidentes frente al señalado gobierno, la presencia reiterada de actos de tortura por funcionarios del Estado, la existencia de grupos para estatales armados y de apoyo al mismo gobierno, y el ambiente de total impunidad de todo tipo de crímenes en particular los cometidos por agentes oficiales o paraoficiales.

Denuncia la hegemonía comunicacional de Estado, y, “En suma La alteración constitucional y democrática que sufre Venezuela se profundiza, asimismo, en el plano de lo económico y social.”

Concluyen los ex presidentes y jefes de gobierno en que “la única posibilidad de restablecimiento de la democracia en Venezuela y de una efectiva garantía de los derechos políticos, económicos y sociales de los venezolanos, pasa por el rescate del principio y sistema de separación de poderes, mediante la designación de sus titulares respetando las garantías democráticas representativa y participativa establecidas en la Constitución, de manera de asegurar su independencia y autonomía, comenzando por el Poder Electoral y a fin de que puedan asegurarse con imparcialidad, el desarrollo de elecciones libres y justas.

En fin, llaman al sistema iberoamericano a hacer cumplir los tratados internacionales y en particular la Carta Democrática Interamericana, que tiene mecanismos de movilización internacional para el restablecimiento de la Constitución, del Estado de Derecho y de la democracia en Venezuela. Falta que al menos uno de los presidentes de Gobierno o jefes de Estado asuma esa palabra y emplace a los organismos internacionales a la acción.

Estimo que la Declaración de Panamá es un importantísimo documento, pero somos los venezolanos a quienes nos corresponde hacer el trabajo.