Por: Fernando Luis Egaña…
Maduro y buena parte de sus adláteres, a veces parece que hablaran frente al espejo. Esto lo digo por una reciente declaración del sucesor del siguiente tenor: «Miranda debe exigirle a Capriles que haga algo o se vaya»… Pero si eso es exactamente lo que debería plantearse en Venezuela: exigirle a Maduro que haga algo o se vaya. Y como seguramente no será capaz de hacer algo distinto de lo que no hace, entonces lo lógico sería que se fuera. Lo lógico y lo consistente con el planteamiento que le pretende aplicar al gobernador Capriles.
El tema no es circunstancial sino vital. Con Maduro en Miraflores lo único que pasará es lo que viene pasando: el agravamiento exponencial de la crisis política, económica y social, la mega crisis. ¿Puede Maduro salir de ese encierro y rectificar, así sea de manera incipiente? Sinceramente no lo creo. Lleva más de dos años con la banda encima y todo se ha empeorado, y lo continúa empeorando con su incuria, su incapacidad y su subordinación a los dictados habaneros.
Y por si todo ello fuera poco, él proclama que está cumpliendo una tarea de titanes, y que Venezuela es la esperanza del mundo. De manicomio… Una manera de destrancar la jaula en la que está apresado el país, es con la renuncia de Maduro. Si no tiene disposición alguna a cambiar, esa salida es perfectamente legítima y constitucional. Y además democrática, porque conllevaría la celebración de comicios presidenciales para elegir a un mandatario que, esperemos, sí quisiera hacer lo razonable para encausar a la nación por un camino afirmativo.
Si Maduro tiene el tupé de pedirle a Capriles que haga algo o se vaya… luego de que lo tienen asediado en todos los frentes gubernativos, comenzando por el presupuestario, con verdadera razón hay que contestarle a Maduro con los mismas palabras, porque la hegemonía que él representa tiene todo el poder y si no hace nada constructivo y duradero por el país, es porque está demasiado ocupada depredándolo.
Venezuela necesita abrir una nueva etapa de su trayectoria. Una etapa de participación, de inclusión, de diálogo, de cooperación, de justicia y de libertad. Venezuela necesita reconstruir la república, la democracia, el estado y la convivencia nacional. Nada de lo cual será posible con la hegemonía que Maduro representa.
Por eso habría que tomarle la palabra que injustamente le dirige a Capriles y dirigírsela a él. Nada más justo que eso en el complejo presente del país.
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