Razones y pasiones: Cambio cualitativo

Por: Eleazar Ontiveros Paolini…

La protesta de los venezolanos, ahora generalizada e indiferenciada, va adquiriendo con el correr de los días una nueva significación. Si nos detenemos a comparar las consignas que se siguen en las manifestaciones, nos daremos cuenta de que ya no solo se centran en la escasez, en las colas, sino también en la necesidad de que se produzca un cambio del sistema; que haya un gobierno democrático que asuma las riendas en procura de que se produzcan los correctivos que de manera perentoria requiere nuestra sociedad en lo económico, político, social, cultural, valorativo y legal.

Se quiere decir que el pueblo venezolano elevándose cualitativamente, ya no protesta exclusivamente por lo material, sino por valores que como tales son en sí ideas que el hombre introduce en la realidad, en la búsqueda de su bienestar  y que deben ser tomados en cuenta por quienes en el futuro asuman la responsabilidad de gerenciar el país. Por lo tanto, luchar por alcanzar valores democráticos implica que al ser logrados, deben ponerse en práctica orientándolos, entre otras cosas, a satisfacer las necesidades básicas de seguridad, educación y salud como responsabilidades que son del Estado. Y es que esas ideas que llamamos valores, requieren ser  trascendidos del plano definitorio para que orienten  con efectividad hacia una realidad deseable, máxime si como sucede, los mismos están concretados  enunciativamente en los textos legales que orientan el quehacer ciudadano: sus deberes y sus derechos.

Una sociedad que ha aprehendido el hecho de que el Estado debe propender a  la satisfacción de todos sus derechos, enunciados con propiedad en la Constitución, y entendiendo que las grandes decisiones no pueden ser tomadas monopólicamente por una camarilla que soslayando todo lo establecido legalmente,  impone lo que le place con base al poder que significa haber convertido a la fuerza armada en un brazo político del partido de Gobierno y en defensora de un socialismo que nadie ha visto, termina por reaccionar mediante una protesta decisiva de carácter pacífico, aunque se de el fenómeno inevitable de que infiltrados y personas demasiado emotivas opten por acciones que contradicen los objetivos de las convocatorias, lo que  sirve como achaque para que se produzca una represión que como se sabe ha conducido a  situaciones trágicas, a muertes absurdas. El ejercicio mental superior de la comparación, cuando llega por el discernimiento a definir lo más conveniente,  hará incontenible el transformar un país que se  puede definir, por desgracia, como inhóspito,