Por: Eleazar Ontiveros Paolini…
Sin la menor duda, la oposición, los indiferentes y abstencionistas, tenían la seguridad de que la MUD obtendría al menos quince gobernaciones, superando de esa manera al PSUV. Pero no fue así. Los resultados nos dicen que solo ganamos 5, perdiendo, incluso, lo que resultó muy doloroso, la joya de la corona: Miranda. Tener la seguridad de un triunfo los analistas lo relacionaban con el porcentaje de abstención, estableciendo número de gobernaciones a ganarse en función del porcentaje abstencionista. Es decir, que a menor abstención mayor cantidad de gobernaciones. Pero no fue así, la abstención no resultó apabullante, con el agravante de que la misma fue exclusiva de la oposición, sea cual haya sido la razón por la cual no votaron, si se compara con las elecciones para la Asamblea Nacional Legislativa. Por otra parte, es una consideración que a veces se soslaya, si los chavistas colocan como aspirante a una gobernación a un monigote, sin ninguna objeción votan a ciegas por él, obedeciendo la línea del partido. Ellos no tienen un desarrollo de ideas políticas sino de prácticas impuestas para conservar el poder. Fueron tales los resultados que incluso lo que se daba por descontado en cuanto a que la suma nacional de votación de la oposición superaría al del chavismo, no se produjo, con lo cual se evaporó un argumento básico ante la opinión pública nacional e internacional.
No creemos que el contaje comparativo de las papeletas y las actas, vayan a dar resultados diferentes a los anunciados por el CNE, pues tal como lo aprecian muchos analistas, el fraude no se produjo en lo cuantitativo, sino en lo cualitativo, es decir en la enorme cantidad de hechos delictivos antes, durante y después del procesos eleccionario y que todos conocemos.
A pesar de los pesares, no creemos estar en presencia de una derrota desestimuladora . Si fuera por el total de gobernaciones, ganamos más de las que teníamos, pero eso no es lo importante. Con lo sucedido, es decir, la inocultable actitud delictiva del gobierno, de las las fuerzas armadas encargadas de meter miedo, temor y disuasión, del vandalismo de los grupos irregulares y del servilismo de las operadoras político-partidistas del CNE, diseñadoras de las “triquiñuelas”, países de Europa y América y organismos internacionales, suman un elemento más en la consideración de que el Venezuela hay un gobierno dictatorial, antidemocrático, violador de los derechos humanos, lo que irá determinando posiciones cada día más contundentes. Una amiga, políglota, habla inglés y francés, se tomó la molestia de revisar los periódicos más importantes de Europa y América y en casi todos se hacia la consideración de que las elecciones venezolanas habían sido fraudulentas. A esto se va a sumar el abusivo trato que sin la menor duda les será dado a los gobernadores opositores, despojándolos de todas sus atribuciones. Todo quedará en manos de organismos centrales, con lo cual el trote comunista hacia la absoluta centralización seguirá adelante, hasta no sabemos cuándo. No podemos quedarnos en definir un futuro incierto, es necesario asumir las responsabilidades inmediatas, partiendo de eliminar las dispersiones grupales.
