Razones y pasiones: Desesperación

Por: Eleazar Ontiveros Paolini…

La desesperación se refiere a la pérdida de la esperanza, al desasosiego que crea el no poder alcanzar algo que se deseaba con vehemencia y a la mortificación de perder algo que se consideraba como propiedad segura. En esta última acepción está lo correspondiente al poder, es decir, la desesperación por no poder seguir ejerciéndolo, en especial si ese poder  desborda cualquier sujeción legal, permitiéndolo  anárquico  y absolutista.

Con seguridad la desesperación por la pérdida del poder adquiere visos de trauma mental cuando el que puede hacerlo desparecer, es un gran sector de la población catalogada como acérrima enemiga, a la cual se ha  insultado, vilipendiando, menospreciado, calificándola de incapaz  y conjeturando que de volver a tomar las riendas del país, este  se sumiría de nuevo en las entrañas del más profundo barranco    de la ineficiencia, del desprecio a los pobres y que, además, se prestaría para que los odiados patrones del imperio vuelvan a  “pisar el suelo sagrado de la patria”, aboliendo  la soberanía que por obra del ejército, digno heredero de la heroicidad y  de la intachable conducta de los  que lucharon por la independencia, todavía se mantiene. Y lo más lamentable. De producirse el cambio, tendrían que servirle al país para cumplir con lo establecido constitucionalmente, y no al fornido de Miraflores y su proyecto político, dejando de dar sus significativos aportes a la revolución y al desarrollo, pues no podrán seguir ocupando al menos 10.000 cargos que antes ejercían los inservibles civiles, con lo cual muchos han logrado labrase con el sudor de la corrupción un compensatorio futuro.

Pues bien, la desesperación conduce al que siente que su poder se desmorona, a tomar medidas desesperadas, con las cuales pretende evitarlo. Sin la menor duda, esto es lo que le está pasando al nuestro inefable presidente que con ojos exoftálmicos ve que los sueños de perduración perpetua y de inefabilidad de la revolución que le inculco su mentor y ahora inspirador sobrenatural, se desvanece al ritmo de la cada vez más profunda convicción del pueblo  venezolano ▬ que si es en verdad heroico por tanto aguante ▬ en cuanto a que  “La incapacidad para la justa cólera ▬nosotros decimos arrechera▬  es una falla moral”, como decían los peripetéticos

El mundo se le vino encima. Se ha encerrado protegido por el grupo de sus adláteres  más fieles ▬ no se sabe hasta cuándo▬ para por lo mensos tener a alguien que cercano a sus oídos le asegure  hipócritamente que todo va viento en popa, que solo se trata de unos estornudos gripales de una oposición que ocupada de neutralizar  solo con palabras y sin ir a la acción, el indetenible camino hacia la soberanía alimentaria, hacia la Venezuela potencia.

No hay marcha atrás. Ponga en juego todas las marramuncias y triquiñuelas que quiera. Elimine elecciones. Inhabilite, Queme a los diputados. Siga insultando. Siga reprimiendo. Siga entorpeciendo la libre comunicación. Siga haciendo las leyes que le da la gana. Siga negando los situados constitucionales gobernaciones y alcaldías. Siga con su diaria verborrea. Siega estimulando la inflación y todo lo demás que se le ocurra .Pero la torta llegó a su fin. El país es otro, pues es otro el pensar de la mayoría.