Razones y pasiones: XXV Aniversario

Por: Eleazar Ontiveros Paolini…

La Academia de Mérida llega mañana a un cuarto de siglo de fructífera existencia.  Fue fundada el 12 de octubre de 1992 por la decidida iniciativa del Dr. Jesús Rondón Nucete, a la sazón Gobernador del Estado Mérida, Dr. Miguel Rodríguez Villanave, para ese entonces Rector de la Universidad de los Andes y Dra. Eldry Rodulfo de Gil, quien ejercía la Presidencia de FUNDACITE – MÉRIDA.

Después de llegarse a un acuerdo en cuanto a la escogencia de los 24 Individuos Numerarios, se designó como su primer Presidente al  distinguido economista Dr. Rafael Solórzano. Posteriormente ocuparon la presidencia el Dr. Mario Spinetti Berti, Dr. Julián Aguirre Pé, Dr. William Lobo Quintero y Dr. Roberto Rondón Morales. En la actualidad  la ejerce   el distinguido profesor y escritor, Dr. Ricardo Gil Otaiza.

Para el funcionamiento adecuado de la Corporación,  se dictó la respectiva Ley y su Reglamento. Documentos en los cuales se precisa lo concerniente a sus objetivos, organización y funcionamiento.

La Academia es una Institución del estado, causa por la cual su presupuesto es decidido por la Gobernación. Aclaramos esto porque el Dr. Jesús Rondón Nucete, como era de esperarse de un intelectual de su talla, estableció que de ese presupuesto, por Ley, le fuera concedido   el 0.05 % ; también asignó en su totalidad la Casa de los Antiguos Gobernadores a la Corporación y se le concedió, como resultaba natural, plena autonomía en la planificación de sus actividades. Posteriormente, disminuyendo las posibilidades, el actual régimen decidió derogar tal disposición presupuestaria y aporta recursos a la Academia que no alcanzan ni para satisfacer las necesidades básicas de la actividad secretarial: papel, tinta para las computadoras, reparación de equipos, etc., relegó la Corporación a los espacios del fondo de la casa y para colmo, estableció obligatoriamente las metas programáticas que esta debe cumplir, irrespetándola y  limitándola en sus posibilidades.  .

Sin embargo, a pesar de las dificultades, la Academia continúa con sus actividades en forma regular y dado su carácter, único en Venezuela, de multidisciplinaria, analiza los más variados temas, dándole relevancia a los grandes problemas regionales y nacionales, los hechos históricos, la ciencia, la educación, la literatura, la economía, etc., definiendo, cuando resulta necesario, soluciones viables debidamente razonadas.

La Institución espera que  el nuevo Gobernador analice conjuntamente con la Directiva  la situación de minusvalía en que se tiene a la misma, y,  en consecuencia, se establezca un presupuesto justo, a la vez que se le confiera plena autonomía en cuanto a la planificación. Con esa autonomía y un nuevo presupuesto se puede volver a la publicación de libros y revistas, a concertar invitaciones a distinguidos intelectuales de Venezuela y el Exterior  y a la adquisición  de equipos modernos y necesarios. También se espera que las proposiciones  de la Academia referidas a la solución de problemas sean consideradas  por los entes públicos relacionados con los mismos. De igual manera, debe darse   una intercomunicación permanente, ya que en los años anteriores, ni siquiera el Gobernador asistía a la Academia a juramentar, como es su deber por ley, para juramentar cada Junta Directiva electa.