Razones y pasiones: De Perogrullo

Por: Eleazar Ontiveros Paolini…

La sentencia es vieja: “Del dicho al hecho hay mucho trecho”. Viene a colación al considerar  que los organismos internacionales que discuten los más variados termas (problemas) y proponen soluciones con base a estudios rigurosos realizados por expertos, previa caracterización, no son oídas por nuestro inefable  régimen, cuya incapacidad es producto de una rigidez ideológica no apta, dados sus desafueros, para administrar uno de los países más ricos del mundo, sentenciando al pueblo a nadar a  contracorriente, subsistiendo, si vale el término, en limites indecorosos.  

Así, se ha recomendado con precisión, tomando en cuenta las particularidades  y especificidades  de cada país, lo que debe hacerse para resolver los problemas ambientales, de salud, económicos, administrativos, políticos, etc. Pero, y es el busilis de la incongruencia, no se llegan a aplicar  como es debido, pues se choca con un muro sólido, difícil de derribar, sostenido en sus cimientos por una cúpula inamovible ocupada primordialmente   en la inmediatez clientelar e intrascendente. Esa cúpula soslaya el  enfrentar con integralidad, sin cortapisas que se originan en la vaguedad de supuestos principios doctrinarios, la problemática social de la manera más adecuada y decisoria, teniendo como norte el bienestar colectivo e  indiscriminado.

Por lo dicho, resulta inconcebible que no se digiera con propiedad  lo que sobre diversos problemas da a conocer la OEA, ONU, FAO, UNESCO, UNICEF, etc. con lo cual se podrían orientar y ejecutar programas definitorios en cuanto a mejorar el nivel de vida de los venezolanos, hoy hecho trizas al carecer de lo elemental para por lo menos vivir como vivíamos en la vilipendiada   IV República.

Todo nos lleva  a concluir que con el régimen actual  es prácticamente imposible reencontramos con la estabilidad, que aunque no absoluta, eso es imposible, teníamos antes de emerger una supuesta V República.

Ante tan sombrío panorama llegamos a preguntarnos, como ya lo han hecho otros, no sé si con ingenuidad:  ¿No sería lo más conveniente e incluso gallardo y patriótico que el presidente y su círculo en función de lograr a corto plazo el funcionamiento normal del país y evitar males mayores, acordara con la oposición la realización de un proceso eleccionario de carácter general , es decir, para elegir al Presidente, diputados a la Asamblea Nacional, gobernadores, concejales, alcaldes  y legisladores regionales?

Y es que todos los estratos sociales, con excepciones que son eminentemente personales o de grupúsculos, consideran que concretar  tal elección es sin duda una salida pertinente y sin traumas, con lo que  se puedan alcanzar los logros sociales que se desean y que cada ciudadano, chavista u opositor,  tiene bien definidos.   

Todo puede llegar a buen fin, si es que quienes gobiernan entiendan que una “negociación” de tal calibre, para lo  cual pondrán, es lo natural y deben ser aceptadas,  sus condiciones en cuanto a seguridad, permanencia legal del PSUV  y la aplicación de sanciones judiciales solo en los casos en que las pruebas pequen de obviedad, resultando del todo inobjetables, aplacarían la creciente corriente de la inconformidad de la cual pueden surgir reacciones imprevisibles. Esto, y así debe entenderlo con diafanidad la cúpula gubernativa  y la dirigencia del PSUV, le asegura a este la permanencia en el plano de la lucha política democráticamente concebida, lo que puede llevarlo en el futuro de nuevo al poder. De lo contrario, y esto es lo que consideramos argumentalmente válido, como  también los chavistas no “enchufados”  sufren el impacto de los malos servicios públicos, de los salarios inapropiados, de la inflación y de la carencia a veces alarmante de alimentos y medicamentos, estarán día a día pensando que no vale la pena, pues nada bueno se les ofrece, salvo algunas limosnas,  seguir perteneciendo a un partido que ha destruido el país y violentado los más elementales principios de la sobrevivencia. Queremos decir que la permanencia de Maduro y de la cúpula chavista en la administración del país, hará que su organización política se vaya mermando   de manera incontrolable, porque muchos seguirán renunciado a su militancia o apoyo.

Puede que la anterior consideración genere hilaridad  en los amos del régimen. Si es así le aconsejamos que ponga los pies sobre la tierra y que hagan las comprobaciones del caso. Nosotros lo apreciamos día a día.  En las relaciones que se van generando por efecto de nuestras actividades, hemos oído las quejas y la manifestación de que renuncian ante la ya comprobada  imposibilidad de que algo mejore, pues lo que ven, al contrario, es un deterioro constante e ininterrumpido.