Razones y pasiones: Trece años

Por: Eleazar Ontiveros Paolini…

El jueves pasado, la llamada “Tertulia de los martes”, cumplió 13 años de fructífera a ininterrumpida labor. En esos 13 años han concretado más de 300 reuniones y producido unos 30 documentos de la mayor importancia, en los cuales se ha analizado un amplio espectro de  temas y propuesto en algunos casos soluciones a problemas vitales, sustentándose para  ello en un  análisis riguroso de los mismos, soslayando cualquier principio o criterio preestablecido que algunos puedan considerar axiomáticos.

En una sociedad que tiene epifanía por la inmediatez, por lo terminal, adquieren valor ejemplarizante las organizaciones que sin fines de lucro persistan en el empeño, sean cuales sean las dificultades, de cumplir sin soluciones de continuidad con  los objetivos que se han propuesto.

Lo indicado, nos dice sin equívocos que en verdad se trata de una tertulia si consideraos como tal a reuniones informales  y periódicas de personas interesadas  en considerar con plena libertad, sin restricciones, uno o varios temas,  informar y compartir iniciativas, noticias, conceptos de todo tipo, conocimientos y opiniones.

La mencionada “Tertulia de los martes” fue una brillante idea de cuatro distinguidos ex – rectores de nuestra universidad: José Mendoza Angulo, Genry Vargas, Néstor López y en lamentablemente fallecido Michel Rodríguez Villnave. Los tres primeros, como soldados que persisten sin debilidades en el frente de batalla, siguen coordinado las actividades, produciendo documentos de importancia y tomado iniciativas loables, plausibles  y meritorias. En la actualidad han escrito  con un sólido texto, ya suscrito los más diversos sectores en el cual se plantea la necesidad de que se conforme en el país una plataforma unitaria en la cual participen todos las parcelas que hacen vida en nuestra sociedad, con el objetivo, en algunos caso no entendido por efectos de la inmediatez ya considerada, de conceptualizar, no de definir,  cuál es el tipo de sociedad y de gobierno que debe prevalecer en el país, cuando haya el inevitable derrumbamiento del actual régimen.  Quiere decir que  no se están fijando fechas ni posiciones inflexibles,  sino llamado a concretar ideas respecto de un futuro que por la lección adquirida debe ser, salvo que sigamos tropezando con las mismas piedras, democrático en todo el sentido de la palabra y propugnador de un desarrollo sustentado en el respeto a todas las iniciativas públicas y privadas; con una administración honesta, un gobierno civil dedicado con la mayor eficiencia a lo que le corresponde en el campo de la salud, la seguridad y la educación; todo bajo la coordinación y jefatura de los que en cada aspecto tengan la formación adecuada, capacitados para resolver los problemas y proponer las  innovaciones deseables. Con partidos políticos colaboradores de las iniciativas adecuadas y con la oposición  eminentemente constructiva, ajena a oponerse porque, como con simplismo dicen muchos, es oposición y eso implica entorpecer las actividades gubernamentales, tengan la importancia que tengan. Unamuno decía: “La opinión de una multitud es siempre más creíble que la de una minoría”.