Razones y pasiones: Triunfo contundente

Eleazar Ontiveros

Por: Eleazar Ontiveros Paolini…

La democracia ha obtenido un triunfo categórico. No se puede calificar de menos el haber logrado una mayoría calificada en la A.N, a pesar de los ventajismos de que echó mano el Gobierno: el monopolio de los medios de comunicación, la sumisión de los otros poderes y la utilización de los recursos públicos.

Hay mucho de qué hablar. Tratemos de enumerar algunos aspectos significativos. Ante todo, se debe entender que alcanzar un fin, en este caso el triunfo electoral, es llegar a un principio. El fin siempre es el lugar de donde empezamos. Se quiere decir que el triunfo es la posibilidad que se nos da de recorrer un camino que no genere más frustraciones en la población. No hay espacio para repetir desencuentros con el colectivo. La Asamblea, eludiendo intereses que desvirtúen el propósito colectivo, debe ser plataforma para ganar las futuras elecciones gubernamentales y presidenciales. Si bien las misiones surgen con fines demagógicos, sus posibilidades son excelentes, causa por la cual hay que encausarlas con base a un ordenamiento jurídico adecuado, erradicando discriminaciones. La Asamblea tiene la obligación de recuperar su majestad, erradicando su carácter de gallera. Es el centro de la expresión democrática, por lo tanto debe respetarse, incluyendo, aunque nos llamen conservadores, hasta la formalidad en el vestir. A diferencia de lo que ha pasado, de una nueva directiva no deben surgir, lo que resulta ejemplarizante, insultos, descalificaciones, groserías, pues todos los diputados merecen respeto, ya que como tales han sido electos.

El triunfo ha hecho que el presidente empiece a hablar sin insultar ni amenazar. Ya han tomado el camino demagógico decir ahora que las elecciones fueron una demostración de su respeto a la Constitución, cuando a diario la violentan. Hay que abolir el monopolio, distribuyendo proporcionalmente, como está establecido, las comisiones. Las sesiones deben transmitirse, mostrando una nueva cara de la Asamblea, una cara democrática, de altura, de respeto. Ante problemas institucionales, como pasa con empresas y universidades, la Asamblea debe invitar a que sus representantes presenten en el hemiciclo sus puntos de vista, de manera que decida con propiedad. Se debe lograr que haya en el país una verdadera descentralización, único camino válido para impulsar el desarrollo.

No sabemos cuál será la solución apropiada, pero el tema de las expropiaciones debe analizarse con profundidad, en especial para que con justicia se resarza lo que hay que resarcir, siendo emblemático lo de RCTV, fábricas y fincas productivas. La Asamblea debe mostrar de inmediato su vocación social, estableciendo la pensión para todos los jubilados y dando en propiedad las viviendas o apartamentos asignados por la misiones. Se requiere una rápida decisión sobre el cambio monetario único, empezando por cambiar la Ley del Banco Central. Una ley de amnistía es prioritaria como compensación a la injusticia. En el fondo el pueblo se expresó aspirando a una nueva forma de ejercer el Gobierno, que se sustente en la eficacia y la eficiencia. Hay que recordar que los votos en democracia son siempre prestados. La esperanza no pude seguir siendo una prolongación de la tortura.