Al caer la noche, en una “boca de lobo” se han convertido múltiples lugares de la ciudad de Mérida, debido al mal servicio del alumbrado público, que ante la mirada inerte de las autoridades competentes se ha ido deteriorando con el paso del tiempo.
Postes caídos, o con las bases podridas, bombillos quemados, entre otros problemas son los que se puede ver en las distintas calles y avenidas de la capital andina, un ejemplo fehaciente está en la calle 26 con viaducto Campo Elías, donde los postes se encuentran urgidos de reparación o sustitución ya que en su mayoría presentan un que severo proceso de oxidación que muy pronto podrían generar el colapso total de la estructura, poniendo en riesgo a los miles de vehículos y transeúntes que diariamente atraviesan esta importante arteria vial. Pero no es el único caso, en la avenida Don Tulio Febres Cordero son más los postes que no encienden que los que prestan un servicio óptimo.
Como siempre los más afectados son los ciudadanos, quienes utilizan el transporte público, quienes caminan en la calle, aquellos que salen de su casa sin más compañía que “Dios y la Virgen”, como refiere el argot popular y se tienen que enfrentar a las varias desavenencias que en una sociedad como la venezolana se han vuelto parte de la vida cotidiana, pero sin duda, el alumbrado público desatendido se convirtió en un nuevo tema de preocupación, pues la oscuridad en la calle incide con otros flagelos, por ejemplo con la exacerbación dela inseguridad.
Lawrence Parra-Practicante CC
Foto: Leo León
