San Francisco agitó sus cordones, y llovió

«Señor, hazme un instrumento de tu paz. Donde haya odio siembre yo amor; donde haya ofensa, perdón; donde hay duda, fe; donde hay desesperación, esperanza; donde haya tinieblas, luz; donde haya tristeza…”Esta es una de las oraciones más significativas y hermosas que podemos rezar, y pertenece a  San Francisco de Asís, el santo maravilloso, amante de los niños y de los animales, justo, valiente, humilde servidor de Dios, que renunció a todo para seguir su fe, más allá de su propia existencia. Vivió en la pobreza. Andaba por caminos largos, veredas, pueblos, montañas con su túnica sencilla en forma de cruz, un capuchón  para cubrirse del azote de los elementos, sol inclemente, lluvias tempestuosas, frío en invierno A él, a su férrea voluntad de prédica y sacrificio, nada lo detenía.

Cordonazo de San Francisco

“El 4 de Octubre, se celebra la fiesta en honor  a San Francisco de Asís,Existe la tradición de llevar a las mascotas a una misa donde se les bendice, porque San Francisco las amaba. Otra característica es que, el día, suele venir acompañado por fuertes tormentas porque según dicen: “desde el cielo, imaginariamente, el santo, se quita el cordón que lleva atado a su cintura, lo llena de truenos y relámpagos y castiga con cordonazos a los habitantes del planeta que se portan mal, pero hay quienes aseguran que realmente, San Francisco lo que quiere es jugar con las nubes y para que no lo mojen les pega con el cordón quitándoles toda el agua.

Sea como sea la historia  y apegada a cualquier tradición, lo que  es innegable es que en casi todo el mundo se producen grandes chubascos, acompañados por relámpagos y truenos que por su intensidad, asustan. Además, “la tormenta durará tanto como nudos tenga el cordón que va atado la cintura de San Francisco.

La reflexión es clara  para nuestro país, cada uno de nosotros tenemos que seguir al pie de la letra la enseñanza de San Francisco, y orar para que el  Señor nos haga un instrumento de su paz y donde haya odio siembre amor; donde haya ofensa, perdón; donde hay duda, fe; donde hay desesperación, esperanza; donde haya tinieblas, luz; donde haya tristeza, alegría.

La lluvia se sintió con fuerza en toda la extensa geografía de nuestra querida Venezuela ¿será que San Francisco está disgustado?

Arinda Engelke.