Por: Fernando Luis Egaña….
La hegemonía parece que no estará satisfecha hasta que deje a Venezuela sin piedra sobre piedra. Esto es, es un estado de destrucción que abarque todos los aspectos principales de la vida nacional: todas las piedras sobre la que se construye la estructura de un país.
La generalidad de las Universidades Nacionales no puede abrir sus puertas porque no tienen dinero para hacerlo. O por lo menos no para abrirlas y mantenerlas abiertas. Los hospitales de la mayoría de las regiones se encuentran en situación de cierre parcial o en todo caso de una extrema precariedad que ya conlleva, inexorablemente, el cierre parcial o el cierre general de manera indefinida.
Los supuestos sistemas paralelos de educación y salud son más ficción que realidad, entre otras razones porque no hay útiles ni medicinas. Ni gente que se ocupe de eso, ante la anarquía que reina en lo que queda de desgobierno. Los jefes de la hegemonía están dedicados a la depredación, y un vocero autorizado de la conciencia pública, el legendario Héctor Rodríguez Bauza, lo acaba de decir de forma precisa: aquí lo que hay es una gran robadera…
El pasado de fin de semana, las colas para tratar de adquirir alimentos y medicinas básicas rompieron los records de longitud y duración. Y ello porque crece la escasez de todo lo necesario para la vida cotidiana de las personas y sus familias. En el país que tenía el complejo petroquímico más grande del mundo, no hay cauchos. El país que contaba con el sistema hidroeléctrico más importante de la región, falta la luz en todas partes.
Si la situación de Caracas es alarmante, la de gran parte del territorio nacional es prácticamente de despojo. Y sin el prácticamente. No exageramos ni un ápice los que venimos advirtiendo que Venezuela está entrando en terrenos de crisis humanitaria. Y por si todo esto fuera poco, la violencia delictiva –con armamento militar—asalta estaciones de policía en diversas localidades, comenzando por el centro mismo de la capital.
Sí, Venezuela está siendo destruida de una forma despiadada. La hegemonía lleva largos años en eso, pero ahora se ha hecho mucho más notorio. No quieren dejar piedra sobre piedra, como no están dejando dólar sobre dólar, o nada de nada de sus recursos más indispensables para el desarrollo de la nación. Mientras más prolongue esta realidad, más difícil pero más exigente será la reconstrucción de los cimientos de Venezuela.
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