Tormentas Solares no representan un peligro para la vida en la Tierra

La cantidad de partículas cargadas que lanza el Sol hacia el espacio pueden llegar a la Tierra, afectar los satélites de telecomunicaciones y causar perturbaciones en los sistemas del servicio eléctrico como ha ocurrido en algunas ocasiones en el pasado, pero no ponen en peligro la vida en nuestro planeta.

En los días reciente hemos sido testigo de muchos anuncios a través de los medios de comunicación  sobre posibles tormentas solares, mejor conocidas como tormentas geomagnéticas, que ocurren en la Tierra debido a la actividad solar y que podrían representar un peligro para la vida en nuestro planeta.

Johnny Cova, divulgador astronómico de la Fundación Centro de Investigaciones de Astronomía “Francisco J. Duarte” (Cida), ente adcrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación (Mppcti) al respecto dijo: “esto no es un hecho singular, sino que son eventos que suceden rutinariamente, sólo que en algunos casos, debido  a la actividad solar es posible que algunas Eyecciones de Masa Coronaria (EMC) – que consiste en una proyección de una gran cantidad de partículas cargadas que lanza el Sol hacia el espacio – pueden llegar a la Tierra y afectar los satélites de telecomunicaciones y causar perturbaciones en los sistemas del servicio eléctrico como ha ocurrido en algunas ocasiones en el pasado”.

Lo importante es que las tormentas solares no representan un peligro para la vida en la Tierra, realmente tendría que ser un hecho mucho más poderoso y potente que ocurra en el Sol para poder causar daños a la vida en la Tierra, sin embargo, son eventos que pueden ocasionar grandes inconvenientes, especialmente en lo que se refiere a los sistemas de telecomunicaciones dependientes de satélites que están en órbita alrededor de la Tierra, los cuales pueden sufrir daños por este tipo de   actividad proveniente del Sol que también pueden provocar apagones por la afectación de las plantas generadoras y transformadores de la red eléctrica, precisó.

Añadió Cova que “como ahora se cuenta con unos satélites muy particulares que están orbitando al Sol no tan solo tenemos la posibilidad de conocer algo respecto al clima en las distintas regiones de la Tierra a través de los satélites meteorológicos, sino también se puede predecir cuándo pueden ocurrir las auroras boreales con días de anticipación y cuándo una EMC podría afectar los sistemas eléctricos y electrónicos tanto de los satélites en el espacio como los eléctricos en la superficie terrestre”.

Esto obviamente se debe a la posibilidad que se tiene ahora por el monitoreo constante de lo que ocurre en el Sol desde el espacio por un sistema de satélites que observan el astro rey y desde la Tierra por diversos observatorios solares que existen en el mundo.

“Desde ahora en adelante veremos con mucho más frecuencia anuncios, artículos y notas de prensa dedicada a la actividad solar. El Sol es una estrella y éstas son extremadamente grandes y potentes. A través de un suministro constante de energía hacia la superficie del Sol que viene de su núcleo, donde ocurren las reacciones termonucleares, se origina la radiación que nos proporciona de manera constante el calor y la luz que recibimos en la Tierra y en todo el Sistema Solar y que hacen posible la vida en nuestro planeta”, acotó.

Cuando esta gran cantidad de masa y energía llega a la superficie del Sol, se canaliza a través de unos fuertes y curvados campos magnéticos que se extienden más allá de la superficie del astro rey, saliendo de la superficie y regresando a la misma superficie en forma de arcos. Ahora cuando hay mucha actividad solar como en los períodos de máxima actividad solar se produce tanta energía que pueden reventar el campo electromagnético y una gran cantidad de masa se eyecta al espacio a velocidades supersónicas.

Esta gran cantidad de materia conformada por partículas cargadas (protones y electrones) que viajan a través del espacio junto con una onda de choque que proviene de ese quiebre o emisión gigantesca de energía de origen electromagnético se dirige hacia el espacio y, si esa zona del Sol durante su rotación está apuntando hacia la Tierra, entonces los astrónomos que están observando constantemente el astro rey pueden detectar estos eventos y notificar que dentro de un par de días, por ejemplo, en un período que oscila entre 29 o 48 horas esa cantidad de partículas cargadas y la onda de choque electromagnética podría afectar nuestro propio campo magnético que protege a nuestro planeta. La Tierra es como un imán gigantesco y genera un escudo electromagnético que nos protege precisamente de estos eventos y permite la existencia de vida.

Cuando las cantidades de partículas cargadas llegan a nuestro campo magnético son canalizados y terminan en los polos norte o sur creando las auroras boreales. Existen experiencias de fuertes tormentas  geomagnéticas y la más notable ocurrió en marzo de 1989 en Canadá, donde hubo un apagón que afectó a millones de personas debido a las fallas del sistema eléctrico y la explosión de los transformadores y daños a las estaciones de suministro de energía.

Las Eyecciones de Masa Coronaria que provienen del Sol son lanzadas al espacio con tanta energía que toda esa masa puede recorrer los 150 millones de kilómetros que nos separa del Sol entre un día y medio o dos días a velocidades que oscilan entre 400 ó 500 kilómetros por segundos. Las épocas de mayor intensidad de la actividad solar se repiten cada 11 años y se conocen como el máximo solar. En el transcurso de 2012-2014 nuestro Sol se encuentra en un máximo de actividad solar.

/Prensa Mppcti/Cida/R.C.