Totalmente abandonadas las piscinas del Complejo Cinco Aguilas Blancas

Las dos piletas del Complejo de Piscinas de Zumba están totalmente abandonadas y deteriorándose cada día más, por la desidia de quienes se adueñaron del Complejo Deportivo “Cinco Águilas Blancas” y no parecen ver más allá del Estadio Metropolitano.

Tristeza e impotencia da el observar la piscina Olímpica con el agua verde y sucia convertida en un gigantesco criadero de zancudos, con los carriles tirados y deteriorándose en el agua de la piscina, y la basura acumulada en las esquinas.

Además el foso de saltos está a medio llenar, con las paredes expuestas al deterioro y el agua de un color verde oscuro, seguramente con millones de larvas de zancudos.

Los alrededores de las piscinas en total abandono, con pintura deteriorada y monte que ya se está asomando por  las rendijas.

Lo único que se observa en buen estado son los bonitos los logotipos de clubes de natación y de la Asociación de Deportes Acuáticos de Mérida, que porque fueron pintados hace poco, aún conservan sus colores vivos.

Y fueron pintados porque luego de un año que el exgobernador Alexis Ramírez despojó a nuestro estado Mérida de estas estupendas instalaciones del Complejo Deportivo “Cinco Águilas Blancas” y el Estadio Metropolitano, y de un plumazo se las traspasó al Ministerio del Deporte, el coordinador de la todo esto, William Uzcátegui, apenas pudo recuperar uno de los cuatro motores que mueven igual número de bombas (dos por piscina) necesarias para poner a funcionar como Dios manda estas instalaciones acuáticas, y así “reabrieron” la olímpica, que solo duró un mes funcionando, pues con un bajón eléctrico, cortesía de Corpoelec, se volvió a quemar el motor.

Un círculo cerrado

En esencia lo que necesita el complejo de piscinas para funcionar normalmente otra vez, es la reparación de estos cuatro motores, que cada día cuesta más y más, y mientras tanto sigue el deterioro, y por el tiempo hay que sumarle el mantenimiento que ahora habrá que hacerle al interior de las piletas, pues la falta de uso y las inclemencias del tiempo, hacen mella en todo el complejo.

Pero es un círculo cerrado que solo se soluciona con dinero (que no le dan desde Caracas a William Uzcátegui) ya que sabemos que antes estas piscinas tenían una importante entrada de recursos por las clases de natación y si se reabren necesitan recursos para su mantenimiento, y que no vuelvan a deteriorarse, esto es el pago de los instructores que allí trabajarán, el personal de mantenimiento, los insumos para el mantenimiento de la infraestructura y los químicos para el tratamiento del agua.

Al reabrirse estamos seguros que con las clases de natación y una buena administración (no la que tenía en la época de Carlos Maya) as propias piscinas generarán los recursos necesarios para su mantenimiento…pero quien aporta el dinero para ponerlas a funcionar?

¿Vigilancia? ¿Dónde?

A todo esto hay que agregar que hoy en día ni vigilancia hay en el Complejo, a pesar de que en la antigua casona de la Hacienda que existía en estos terrenos, hoy en día están alojados un grupo grande de los llamados milicianos, a los que nunca se les ve la cara (salvo cuando cocinan al aire libre algún sancocho) fuera de los predios de esta casona, y ni siquiera cuidan la cancha de voleibol de arena que tienen a un lado, porque hoy en día estas instalaciones deportivas están totalmente desamparadas.

¿Solo el Estadio?

Lo que se ve e las piscinas no pasa solo en estas instalaciones, es en todo el Complejo Deportivo “Cinco Águilas Blancas”, menos en el Estadio Metropolitano.

El Gimnasio de Judo está sin electricidad por el robo de cables hace muchos meses, los gimnasios de Karate Do, Esgrima, Gimnasia y Tenis de mesa medio funcionan, y cuando se les daña algo (siempre de mantenimiento menor) los propios usuarios, las respectivas asociaciones,  deben hacer el esfuerzo para recuperarlo, porque por parte de la coordinación, nunca hay recursos.

Las áreas verdes están totalmente abandonadas, el personal brilla por su ausencia y parece que lo trasladaron todo al Estadio Metropolitano, las canchas de tenis están sitiadas por el monte, y si no fuera por los adultos mayores que le hacen mantenimiento y reparan como pueden las mallas, allí no se pudiera jugar.

Pero el Estadio Metropolitano es otra cosa, allí sobra el personal y todo está impecable, tanto así que parece un estadio privado, gracias a los recursos que aportan Estudiantes de Mérida y Unión Local Andina, el ULA FC.

Pero hay que recordarle al coordinador de estas instalaciones, el amigo William Uzcátegui, que su responsabilidad y la del Ministerio del Deporte es mantener en el mejor estado posible todo el complejo, y si los clubes profesionales aportan recursos para poder usar el Estadio Metropolitano, estos deben emplearse también en las otras áreas del complejo, que hoy en día están totalmente abandonadas.

Pero, si dejaron que en sus propias narices se llevaran por pedazos la estatua del gran Juan José Scarpeccio, ¿qué se puede esperar de la gente que hoy en día (gracias al “amor” que le tiene a Mérida el exgobernador Alexis Ramírez), tiene la responsabilidad de cuidar y preservar estas instalaciones deportivas que por ley deberían siempre pertenecer a los merideños.

 Ojalá que muy pronto El Complejo Deportivo “Cinco Águilas Blancas vuelva a ser parte del patrimonio Deportivo del estado Mérida. (Ricardo Cabrera, CNP 3.560).