Hoy 29 de marzo nuestra gloriosa Universidad de Los Andes anclada en Mérida, Venezuela y con sus brazos abiertos para el crecimiento y cobijo de miles de jóvenes venezolanos cumple 230 años de lucha incansable y sostenido en la formación de nuevas generaciones que sin duda alguna serán esos timoneles que rescatarán nuestro hermoso país y lo colocarán en un rumbo seguro para alcanzar el éxito.
Hoy Domingo de Ramos cuando nuestra máxima casa de estudios acumula en su larga historia 89.950 días continuos sin cerrar sus puertas se convierte una vez más en esa casa madre que siempre ilumina y marca el Norte de lucha, alimenta la fortaleza, inyecta energía y abona la esperanza de aquellos docentes héroes de la formación en medio de una crisis social que a pesar de todo no ha podido robar la sonrisa y reciedumbre de sus estudiantes, empleados y obreros.
La Universidad de Los Andes en sus 230 años requiere de todos, de ser defendida con honestidad, ética, con trabajo, con estudio, con dignidad y mucha alegría. La Universidad en los actuales momentos no deja de estar herida por parcelamientos que le rompen su corazón de Alma Mater.
También nuestra gloriosa ULA siente en lo más profundo la traición de muchos que en ella se han formado y ahora la descalifican, sin darse cuenta esos acusadores que forman parte y son cómplices de instituciones gubernamentales embarradas en la corrupción más dantesca que se ha conocido en nuestra deteriorada Venezuela.
A sus 230 años la Universidad de Los Andes aspira que sus integrantes jubilados y activos sigan siendo ese país de luchadores irreverentes no entreguistas, que no desfilan ni se uniforman, pero que si marchan y protestan por un país libre y democrático. L.L
