Por Giovanni Cegarra…
Con esto de la trillada realidad país, la viveza venezolana, cobra cada día fuerza, al extremo que el más y menos pintado, piensa y trabaja, sujeto al valor diario de la divisa extranjera, lo que se vaya a comprar o vender, mercancía vieja o nueva, tiene costo dolarizado.
En recorrido por algunos sectores del área comercial de la ciudad, por el Mercado Periférico como el Principal, se puede observar la mercancía que exponen en los estantes y anaqueles, nada nueva toda vieja, seguramente adquirida años atrás pero que hoy día, la ofertan al precio de como amanece el dólar, la ganancia sobrepasa el ciento por ciento y lo peor del caso, es que el vendedor descaradamente, asegura que el producto es nuevo, cuando a simple vista se ve, tiene su tiempo en el mostrador pues hasta color ha perdido y si se trata de confitería, la pinta deja mucho que decir de lo que fue su original apariencia.
Mercancía dolarizada de vieja data y precio, cuyo costo abultan al del dólar hoy, desangrando el bolsillo de los merideños y el de los que no lo son, que incautos caen en la trampa del timador, que se esmera para vender un producto que fue adquirido a bajo costo y le pretende ganar, dolarizado, hasta el doscientos por ciento, bajo la máscara de la difícil situación socio económica política del país, que tiene a todos por el piso, imposible negarlo, pero el desastre económico es aprovechado por especuladores y bachaqueros de oficio, a costa de la necesidad del pueblo, es la patética realidad que, hoy por hoy, afronta y confronta el país, en el que no hay autoridad que valga y punto. (CNP. 2229)
