Al Filo de La Verdad: Quedarse, convivir, aguantar

Por: Giovanni Cegarra…

La cuarentena social colectiva sanitaria por lo del Covid-19, ha revivido en los hogares de los venezolanos, actividades que habían sido olvidadas o dejadas de practicar, por aquello de que el cuadro familiar, ocupaba todo el santo día y parte de la noche, en cumplir con el trabajo, estudiar, andar de juerga y hoy por hoy, imposible no hacerlo, como les ha costado a la mayoría para no decir unos cuántos, acoplarse, nuevamente, a la labor familiar hogareña.  

Se quiera o no, hay que quedarse en casa, cumplir con la prevención sanitaria y de tener que salir, deberá ser para lo que realmente amerite, como el adquirir alimentos, los que consiga y pueda comprar, hacerlo  uno solo por familia, no irse acompañado de sus menores hijos o mascotas, colocarse el tapaboca y guantes, evitar contactos innecesarios grupales, regresar al hogar, a la brevedad posible, en fin, aprovechar el alejamiento social, para recuperar la convivencia familiar hogareña, dejada muy atrás, mentiritas no son, algunos se atreverán a decir, que no es así.

Esta cuarentena social colectiva, dejará anécdotas y reflexiones, a todos los venezolanos. Tres factores predominantes imperan en el cumplimiento de ella: quedarseconvivir aguantar, la por demás infame, no puedo denominarla de otra manera, carencia descontrolada intermitente de los elementales servicios básicos públicos de subsistencia de una comunidad: luz, agua, gas doméstico, telefonía móvil y fija, servicio de internet, a lo que se suma, la exagerada flagrante especulación de los productos de la dieta básica, que todos los días suben, con el cuentito de que el dólar sube y sube, pero los nacionales ganan y cobran, en bolívares, que de hecho, con el salario actual, con los precios por la estratosfera, no alcanza para nada.

Es la realidad, tan clara como el agua, que debemos arrear, con la fortaleza, entereza, esperanza, optimismo, que saldremos de esta cuarentena por lo del Covid-19, con el favor de Dios, mientras, se quiera o no, quédate en casa, convive y aguanta el chaparrón miserable de los que mansalvamente, hacen de las suyas, sin control alguno oficial, a costa de la necesidad apremiante de un pueblo, que viene cargando del bulto, sumergido en una crisis socio económica política, desde hace mucho tiempo.