Ante la policrisis, resistencia

Por: Rocío Márquez…

 “Frente a la policrisis que atravesamos, la primera resistencia es la del espíritu.” Así se titula un artículo de Edgar Morín, publicado en Le Monde el pasado 30 de marzo, en el cual el filósofo y sociólogo francés explica el oscuro contexto actual de la humanidad.

¡Policrisis y resistencia! Son dos palabras que retumban y hacen imposible leer la frase con la que Morin comienza su escrito, sin pensar en la situación de nuestra Universidad: la ULA, que, por cierto, cumplió 239 años precisamente por estos días.

La policrisis se refiere a una combinación de crisis acumuladas e interrelacionadas. Es un término utilizado por el Foro Económico Mundial en 2023 para describir la situación del planeta. Y, aunque a algunos lectores les pudiese parecer forzado trasladar esta palabra a las circunstancias actuales de la ULA, les aseguro que, para alguien que hace vida universitaria, no resulta tan difícil hacerlo.

 Crisis económica, académica, democrática, ¿ética?

La universidad decae en medio de una combinación de crisis que se han venido acumulando y que son interdependientes entre sí. La crisis económica de la Universidad y del país no solo ha mermado a su población docente, estudiantil, administrativa y obrera; sino que también ha provocado la decadencia de su infraestructura física y tecnológica.

Ello, como un complejo, está encadenado a otras crisis. La académica, por ejemplo, que se ve consumada cuando apostamos más por la cantidad de alumnos que por la calidad de la educación, para fingir que aún estamos vivos como institución educativa. O cuando nos negamos a actualizar las carreras, evitando mirarnos a nosotros mismos y admitir que nuestros pénsums están cada vez más lejos del mundo real. 

A todo ello se suma la crisis democrática, que no solo existe en la universidad, sino también en el resto del mundo. Como señala Morin, “la democracia está en crisis”.

La reciente suspensión de las elecciones de autoridades universitarias no hizo más que profundizar los riesgos que enfrenta una institución con dieciséis años sin elecciones.

 Crisis ética: ¿Nos quedamos ciegos?

Es difícil saber cuál de las crisis es el origen de las otras. Morin resalta que “el pensamiento se ha vuelto ciego”.

Ello me recuerda la famosa novela de José Saramago, Ensayo sobre la ceguera, donde el autor relata los padecimientos de una población entre la cual se extiende una ceguera blanca, como una epidemia.

¿Nos hemos quedado ciegos? Desaparecen “las solidaridades tradicionales”, señala Morin, aumenta el egoísmo, y predomina la humanidad deshumanizada que se limita a repetir lo que escucha sin comprobar, que aísla al que piensa distinto y se acostumbra a no cuestionar. En otras palabras, la universidad des-universalizada. Nos hemos quedado ciegos de conciencia.

Esta crisis agrava la combinación de las otras crisis, en un proceso de retroalimentación e interdependencia que golpea a la universidad y a los universitarios. Una policrisis que se acrecienta con la suspensión de las elecciones universitarias. Para una institución que está muriendo, la posibilidad de cambiar de rumbo abría una rendija a la luz de la esperanza.

 Resistencia

Perder la esperanza no puede hacernos desmayar ante los cambios que urgen en nuestra universidad. Morin señala: “La primera y fundamental resistencia es la del espíritu”, que exige resistir ante la intimidación, ante la mentira que se impone como verdad.

No podemos sumergirnos en un letargo profundo. Es hora de responder a las interrogantes que nos hacemos los universitarios: ¿Qué hacer ante la suspensión de las elecciones? ¿Podemos unirnos para pedir la reanudación del proceso electoral?

Ahora más que nunca es necesario recuperar la lucidez y buscar soluciones distintas para los problemas que padece la universidad. Aceptemos, como dice Morin, que vivimos en policrisis, rodeados de incertidumbres; luchemos por unas elecciones necesarias y urgentes. Recuperemos la esperanza y, en medio de la oscuridad, hagamos resistencia.

 

*Doctora en Ciencias Humanas. Directora de la Escuela de Comunicación Social, ULA Táchira.

01–04-2024