Por: Andrés E. Mora M…
“Este ciclo olímpico, que mañana domingo llega a su fin con la extinción del fuego que tuvo por objetivo alumbrar a Río por dieciséis días, pasará a los anales de nuestra historia deportiva como el peor del olimpismo criollo. Ese es el logro de la ʻVenezuela potenciaʼ, el parapeto mediático del que tanto alardea el heredero político del fallecido presidente de quien, por cierto, todos nos acordamos cuando vimos competir en la equitación de Río 2016 al hijo de su compadre, aquel militar retirado amante de los equinos que pasó de ser su guardaespaldas particular durante la campaña presidencial en 1998 para convertirse, desde hace más de 15 años, en residente de una exclusiva zona del estado de Florida – Werllington – a donde también tienen casas magnates como Bill Gates y estrellas como Madonna”, le expresa Ingenuo Sinduda al jodedor de su compadre, el maracucho Benefactorino Montiel, y a su gran amigo Pablo Pinzón Montoya – el cucuteño conocido por sus colegas y amigos como el ʻppmʼ– a través de Skype y su alternativa de videollamada grupal.
“¡Qué molleja compadre! Los rojos-rojitos vernáculos han devenido en verde$-verdecito$ foráneos”, sale de inmediato con uno de sus comentarios el marabino.
“Vea Ingenuo yo no sé si este ha sido el peor ciclo olímpico venezolano, pero lo que sí le puedo decir es que ha sido el mejor de Colombia”, toma la palabra un emocionado Montoya absolutamente convencido de lo que dice. “Todos aquí estamos supremamente felices con los resultados tan berracos obtenidos por nuestro país en Río y con los que cerramos con broche de oro el período de cuatro años más exitosos del olimpismo colombiano”, continúa eufórico el nortesantandereano. “Aunque le comento que para nadie fue una sorpresa ya que esos logros estaban dentro de los pronósticos del Comité Olímpico Colombiano (COC)”, complementa la información el neogranadino.
“¡Pa’ que lo sepáis ʻppmʼ! En Venezuela tampoco fue una sorpresa, pero lo contrario. Que el COV se volviera a pelar con sus vaticinios”, dice el marabino al referirse a las declaraciones de Eduardo Álvarez, presidente del Comité Olímpico Venezolano, quien pronosticó cinco medallas para Venezuela en Río 2016. Aunque, en honor a la verdad, estuvo más acertado que en los panamericanos de Toronto 2015 en donde vaticinó una cosecha entre 18 y 20 doradas y se alcanzaron sólo 8.
“¡Totalmente de acuerdo contigo estimado Pablo! Es indudable que el que finaliza en 36 horas aproximadamente ha sido, hasta los momentos, el mejor ciclo olímpico de la hermana república”, coincide con el ʻppmʼ el catedrático jubilado de la ULA. “Es precisamente el desarrollo sostenido del olimpismo de un país lo que define el éxito de la política deportiva de alto rendimiento de esa nación. Es innegable, entonces, que – por lo hecho en los dos últimos ciclos olímpicos – Colombia, gracias a lo acertado de esa política, se ha convertido en una potencia deportiva en Latinoamérica. Negar esa realidad sería mezquino”, considera Sinduda.
“Mire Ingenuo ese éxito sólo fue posible cuando, a raíz del rotundo fracaso de Colombia en Atlanta 1996, Coldeportes y el COC dejaron a un lado las pendejadas que los separaban y decidieron trabajar juntos por el bien del olimpismo del país. De ese trabajo en equipo se definieron los lineamientos de la política deportiva nacional que les permitió, ya hace 19 años, diseñar – junto a los institutos departamentales – el vigente plan estratégico que resultó ser de lo más bacano y que se sostiene en cuatro pilares fundamentales: Búsqueda del talento y selección de los deportistas, apoyo estatal con mayor inversión en preparación e infraestructura, capacitación de técnicos y profesionalización del atleta”, detalla el orgullosamente nacido en las proximidades de la frontera más viva de Sudamérica que el régimen venezolano – con sus rebuscadas e inverosímiles excusas – casi aniquila.
“¡Vergación! Ese plan estratégico que acabáis de describir en nada se parece al ʻcomo vaya viniendo vamos viendoʼ que utiliza el régimen venezolano pa’ toda verga”, considera Montiel.
“Qué acertado comentario querido compadre”, expresa Ingenuo. “La célebre frase de Eudomar Santos – el personaje que por su popularidad terminó siendo el Michael Phelps o Usain Bolt de ʻPor estas callesʼ, la icónica telenovela noventosa creada por Ibsen Martínez y trasmitida por la recordada RCTV – parece ser la inspiración de la política deportiva del régimen”, concuerda Sinduda con su compadre. “De hecho se encuentra en perfecta sintonía con la expresión – bastante más reciente, pero no por eso menos célebre – ʻDios proveeráʼ que en nuestro territorio nacional hizo saltar a la fama – no Eudomar – sino el mismísimo Nicolas en su memoria y cuenta de enero 2015 ante la AN cuando la develó, ante toda la nación, como la columna vertebral de la política económica de su gobierno”, señala Sinduda.
“Entonces, si en el Palacio Legislativo Nicolás reveló su estrategia económica aquel día, para la cita carioca decidió desparramar el ʻcomo vaya viniendo vamos viendoʼ sobre el olimpismo criollo el 31 de julio del año pasado, pocos días después del fiasco en los Panamericanos Toronto 2015 en donde Venezuela retrocedió al nivel de Winnipeg 1999 obteniendo menos de 10 medallas de oro”, explica Sinduda. “Ese día le acordaron que los deportistas necesitan recursos para entrenar y aprobó 418 millones 290 mil bolívares con el objetivo de incrementar el número de atletas clasificados a los Juegos Olímpicos. En esa misma fecha le informaron que las pistas de atletismo tenían años destartaladas y destinó 296 millones 785 mil bolívares para la recuperación de cuatro de ellas, entre las que se encontraban las del Pachencho Romero y Brígido Iriarte. De igual manera le hicieron saber de la calamitosa situación de 12 instalaciones deportivas de las selecciones nacionales de ciclismo de pista y BMX, boxeo, esgrima, judo, levantamiento de pesa, karate, lucha, tiro con arco, tiro deportivo y voleibol por lo que desembolsó 293 millones de bolívares para la recuperación y mantenimiento mayor de las mismas”, dice un indignado Sinduda. “Quizás para el próximo ciclo olímpico es que nuestros deportistas puedan contar con alguna de esas instalaciones”, expresa amargamente Ingenuo.
“A la verga compadre con razón Colombia nos desplazó hasta en los Bolivarianos Trujillo-2013, luego de haber sido los reyes indiscutidos desde Barranquilla 1961”, reflexiona un serísimo Montiel.
“De tal manera que la improvisación, la ausencia de planificación y la falta de responsabilidad conformaron el menú de opciones que los jerarcas del deporte nacional le presentaron al arquero Elías Mata y a los atletas Rosa Rodríguez, Ahymara Espinoza, Nercely Soto y Alberth Bravo para retrasar sus entrenamientos y fogueo internacional por más de cinco meses. Esa desalentadora realidad fue lo que impulsó a Erwin Maldonado – nuestro representante en aguas abiertas – a vender su vehículo para costear su preparación y quizás haya sido la razón de la baja forma mostrada por Rubén Limardo y Hersony Canelón junto a sus respectivos equipos de esgrima y ciclismo de pista. En fin, las medallas ganadas en Río son espejismos en la aridez del olimpismo venezolano. Lamentablemente esas agradables alucinaciones serán explotadas hasta la saciedad por el monstruo mediático de este régimen que – sin escrúpulo alguno – hará suyo el logro alcanzado por nuestros deportistas con esfuerzo y lágrimas. No se puede hablar de éxitos mientras exista un olimpismo a lo Eudomar Santos”, concluye Sinduda.
(٭) Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo
aemora@gmail.com, @amoramarquez